Rima 25. Cuando en la noche te envuelven, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Poema en español
    Rima 25. Cuando en la noche te envuelven

    Cuando en la noche te envuelven 
    las alas de tul del sueño 
    y tus tendidas pestañas 
    semejan arcos de ébano, 
    por escuchar los latidos 
    de tu corazón inquieto 
    y reclinar tu dormida 
    cabeza sobre mi pecho, 
    diera, alma mía, 
    cuanto poseo, 
    ¡la luz, el aire 
    y el pensamiento! 

    Cuando se clavan tus ojos 
    en un invisible objeto 
    y tus labios ilumina 
    de una sonrisa el reflejo, 
    por leer sobre tu frente 
    el callado pensamiento 
    que pasa como la nube 
    del mar sobre el ancho espejo, 
    diera, alma mía, 
    cuanto deseo, 
    ¡la fama, el oro, 
    la gloria, el genio! 

    Cuando enmudece tu lengua 
    y se apresura tu aliento 
    y tus mejillas se encienden 
    y entornas tus ojos negros, 
    por ver entre sus pestañas 
    brillar con húmedo fuego 
    la ardiente chispa que brota 
    del volcán de los deseos, 
    diera, alma mía, 
    por cuanto espero, 
    la fe, el espíritu, 
    la tierra, el cielo. 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.