Rima 2. Saeta que voladora, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Poema en español
    Rima 2. Saeta que voladora

    Saeta que voladora 
    cruza arrojada al azar, 
    y que no se sabe donde 
    temblando se clavará; 

    hoja que del árbol seca 
    arrebata el vendaval, 
    sin que nadie acierte el surco 
    donde al polvo volverá. 

    Gigante ola que el viento 
    riza y empuja en el mar 
    y rueda y pasa y se ignora 
    qué playa buscando va. 

    Luz que en cercos temblorosos 
    brilla próxima a expirar, 
    y que no se sabe de ellos 
    cual el último será. 

    Eso soy yo que al acaso 
    cruzo el mundo sin pensar 
    de dónde vengo ni a dónde 
    mis pasos me llevarán. 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.