Rima 48. Como se arranca el hierro de una herida, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

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    Rima 48. Como se arranca el hierro de una herida

    Como se arranca el hierro de una herida 
    su amor de las entrañas me arranqué, 
    ¡aunque sentí al hacerlo que la vida 
    me arrancaba con él! 

    Del altar que le alcé en el alma mía 
    la voluntad su imagen arrojó, 
    y la luz de la fe que en ella ardía 
    ante el ara desierta se apagó. 

    Aun para combatir mi firme empeño 
    viene a mi mente su visión tenaz... 
    ¡Cuándo podré dormir con ese sueño 
    en que acaba el soñar! 

    Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.