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Rima 62. Primero es un albor trémulo y vago, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

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Poema en español
Rima 62. Primero es un albor trémulo y vago

Primero es un albor trémulo y vago, 
raya de inquieta luz que corta el mar; 
luego chispea y crece y se dilata 
en ardiente explosión de claridad. 

La brilladora lumbre es la alegría, 
la temerosa sombra es el pesar. 
¡Ay!, en la oscura noche de mi alma 
¿cuándo amanecerá? 

Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer, pseudónimo de Gustavo Claudio Domínguez Bastida, nació en Sevilla en 1836, e ingresó a los diez años en un colegio de huérfanos. Vivió más tarde con su madrina, donde empezó a leer a los autores realistas y románticos. En 1854 se instaló en Madrid. En 1857, sufrió una grave enfermedad. Posteriormente se dedicó al periodismo. Entre 1859 y 1861 escribe las primeras rimas y siete leyendas. En 1863 se recluye en el monasterio de Veruela, donde escribió Cartas desde mi celda. En 1868 Bécquer rompe con su esposa y se instala en Toledo. Reescribe las rimas. En 1870 muere su hermano Valeriano, el pintor, y tres meses más tarde él, en Madrid. Además de como poeta, donde revela una extrema sensibilidad, destaca como prosista, donde combina con maestría lo terrorífico y lo legendario.

  • Rima 38. ¡Los suspiros son aire y van al aire!, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    ¡Los suspiros son aire y van al aire! 
    ¡Las lágrimas son agua y van al mar! 
    Dime, mujer, cuando el amor se olvida, 
    ¿sabes tú a dónde va? 

  • Rima 25. Cuando en la noche te envuelven, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    Cuando en la noche te envuelven 
    las alas de tul del sueño 
    y tus tendidas pestañas 
    semejan arcos de ébano, 
    por escuchar los latidos 
    de tu corazón inquieto 
    y reclinar tu dormida 
    cabeza sobre mi pecho, 
    diera, alma mía, 
    cuanto poseo, 

  • A Casta, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    Tu aliento es el aliento de las flores; 
    tu voz es de los cisnes la armonía; 
    es tu mirada el esplendor del día, 
    y el color de la rosa es tu esplendor. 

  • Es un sueño la vida, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    Es un sueño la vida, 
    pero un sueño febril que dura un punto; 
    cuando de él se despierta, 
    se ve que todo es vanidad y humo… 

    ¡Ojalá fueras un sueño 
    muy largo y muy profundo, 
    un sueño que durara hasta la muerte!… 
    Yo soñaría con mi amor y el tuyo. 

  • Rima 40. Su mano entre mis manos, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    Su mano entre mis manos, 
    sus ojos en mis ojos, 
    la amorosa cabeza 
    apoyada en mi hombro, 
    Dios sabe cuántas veces 
    con paso perezoso 
    hemos vagado juntos 
    bajo los altos olmos 
    que de su casa prestan 
    misterio y sombra al pórtico. 

  • Rima 55. Entre el discorde estruendo de la orgía, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    Entre el discorde estruendo de la orgía 
    acarició mi oído 
    como nota de música lejana, 
    el eco de un suspiro. 

    El eco de un suspiro que conozco 
    formado de un aliento que he bebido, 
    perfume de una flor que oculta crece 
    en un claustro sombrío. 

  • Rima 68. No sé lo que he soñado, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    No sé lo que he soñado 
    en la noche pasada. 
    Triste, muy triste debió ser el sueño, 
    pues despierto la angustia me duraba. 

    Noté al incorporarme 
    húmeda la almohada 
    y por primera vez sentí, al notarlo, 
    de un amargo placer henchirse el alma. 

  • Rima 51. De lo poco de vida que me resta, de Gustavo Adolfo Bécquer | Poema

    Gustavo Adolfo Bécquer

    De lo poco de vida que me resta 
    diera con gusto los mejores años, 
    por saber lo que a otros 
    de mí has hablado. 

    Y esta vida mortal y de la eterna 
    lo que me toque, si me toca algo, 
    por saber lo que a solas 
    de mí has pensado. 

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