¡No deshagas la maleta! Inconscientemente podría ocurrírsete desparramar su contenido lo que te tentaría a ver un dibujo como el de las letras de la palabra hogar. Donde algo careciera de simetría querrías tal vez colocar una planta regada y empezar a querer apreciada.
¡No deshagas la maleta! Podría estallar la guerra. O lo que es aún peor: Podrías imaginarte que estabas enamorado y como una inevitable consecuencia mudarte a una calle con un nombre y que las calles, no como ahora, no solo fueran calles sino el caminar de los condenados a muerte en ellas.
¡No deshagas la maleta! Es mejor ponerte una camisa arrugada que una que haya estado tendida en un balcón con vistas a algunas islas brumosas y haya sido planchada por una mano amorosa, es preferible el olor a naftalina que a espliego. Podrías creer que eres una flor.
!No deshagas la maleta! Déjala junto a la pared en una habitación desnuda donde una bombilla desnuda no te deja dudar ni un instante de dónde estás y quién eres en la Tierra. ¡No deshagas la maleta! Ni un segundo antes de que puedas prescindir completamente de ella.
¡No deshagas la maleta! Inconscientemente podría ocurrírsete desparramar su contenido lo que te tentaría a ver un dibujo como el de las letras de la palabra hogar. Donde algo careciera de simetría querrías tal vez colocar una planta