El gran invierno, de Henry David Thoreau - Errata Naturae Editores

Henry David Thoreau sabía bien que el invierno —una vez recogida la cosecha, preparadas las conservas y almacenada la leña— es tiempo para la meditación y los placeres, para contemplar el paisaje albino y leer y escribir junto a la estufa. Tiempo para ser lo que somos y lo que deseamos ser, fértil como ninguno, el único que quizá nos hace sentir vivos, con los pies en la tierra bien blanca. A partir de esta idea, en el presente volumen hemos recopilado los mejores pasajes, pensamientos e intuiciones hibernales que Thoreau fue escribiendo a lo largo de los cuarenta y cuatro inviernos que vivió. Pero se nos ocurrió que a Thoreau no le hubiera gustado que este libro fuera una antología estructurada a partir de la pobreza lineal con la que los occidentales, por desgracia, entendemos el tiempo. Buen conocedor de la lejana cultura hindú y de las cercanas culturas nativas norteamericanas, creemos que habría preferido una compilación orientada a través de una suerte de tiempo cíclico que nos recordara que un invierno es siempre todos los inviernos y que el Gran Invierno es, en realidad, el único que existe. No te damos más pistas, sólo tienes que abrir este libro.
Tapa blanda
215 x 140 mm
244 páginas
8417800409
9788417800406

Henry David Thoreau (Massachusetts, 1817-1862) fue agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices, además de ensayista y uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana. Disidente nato, tan completamente convencido de la bondad de la naturaleza como para proclamar un «pensamiento salvaje», se le considera también un pionero de la ecología y de la ética ambientalista. Sin embargo, su auténtico empleo fue, según él mismo se ocupó de recordar, «inspector de ventiscas y diluvios». Su primer libro, Musketaquid, nace de un intenso viaje por los ríos Concord y Merrimack junto a su hermano John. Pero Thoreau quiso experimentar la vida en la naturaleza de forma plena y para ello, el 4 de julio de 1845, Día de la Independencia, se fue a vivir durante dos años a una cabaña en los bosques, donde redactó su obra más conocida, Walden. Años antes se había negado a pagar impuestos debido a su oposición a la guerra contra México y a la esclavitud en Estados Unidos, por lo que fue encarcelado. De este hecho nace su ensayo La desobediencia civil, pionero en sus propuestas relativas a la insurrección frente al Estado y la no violencia. Publicó también Cartas a un buscador de sí mismo, una correspondencia lúcida y reveladora, íntima y filosófica, sobre los grandes temas de la existencia cotidiana y la vida salvaje.

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