Y una Nube. Y gritaré tu nombre hasta que el aire ciego que te lleva me escuche. (En voz baja).
Golpearé la pequeña ventana del rocío; extenderé un cordaje de cáñamo y resinas; levantaré tu lino marinero hasta el Viento Primero de tu Signo, para que el Mar te nombre (En voz baja).
Te lloran: cuatro pájaros; un agobio de niños y de títeres; los jazmines nocturnos de un patio paraguayo. Y una guitarra coplera. (En voz baja).
Te llaman: todo lo que es humilde bajo el cielo; la inocencia de un pedazo de pan; el puñado de sal que se derrama sobre el mantel de un pobre; la mirada sumisa de un caballo, y un perro abandonado. Y una carta. (En voz baja).
Yo también te he llamado, en mi noche de altura y de azahares. (En voz baja).
Sólo tu soledad de ahora y siempre te llamará, en la noche y en el día. En voz alta.