Sitio de amor, de Jaime Sabines | Poema

    Poema en español
    Sitio de amor

    Sitio de amor, lugar en que he vivido 
    de lejos, tú, ignorada, 
    amada que he callado, mirada que no he visto, 
    mentira que me dije y no he creído: 
    en esta hora en que los dos, sin ambos, 
    a llanto y odio y muerte nos quisimos, 
    estoy, no sé si estoy, ¡si yo estuviera!, 
    queriéndote, llorándome, perdido. 

    (Esta es la última vez que yo te quiero. 
    En serio te lo digo.) 

    Cosas que no conozco, que no he aprendido, 
    contigo, ahora, aquí, las he aprendido. 

    En ti creció mi corazón. 
    En ti mi angustia se hizo. 
    Amada, lugar en que descanso, 
    silencio en que me aflijo. 

    (Cuando miro tus ojos 
    pienso en un hijo.) 

    Hay horas, horas, horas, en que estás tan ausente 
    que todo te lo digo. 

    Tu corazón a flor de piel, tus manos, 
    tu sonrisa perdida alrededor de un grito, 
    ese tu corazón de nuevo, tan pobre, tan sencillo, 
    y ese tu andar buscándome por donde yo no he ido: 

    todo eso que tu haces y no haces a veces 
    es como para estarse peleando contigo. 

    Niña de los espantos, mi corazón caído, 
    ya ves, amada, niña, que cosas digo. 

    • Dulces muslos deseados, 
      íntima piel suave, 
      mujer en muslos dulces, 
      ¿dónde estás? ¿Qué ha quedado 
      de ti? Para mi boca 
      el aire calcinado. 
      Muslos de amor, 
      amantes, apretados, 
      tiernos, desnudos, sellados. 
      Esbeltos de mis ojos, 

    • Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos. 

    • Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir que te amo. Trato de decir a oscuras todo esto. No quiero que nadie se entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado.

    • La luna se puede tomar a cucharadas 
      o como una cápsula cada dos horas. 
      Es buena como hipnótico y sedante 
      y también alivia 
      a los que se han intoxicado de filosofía. 
      Un pedazo de luna en el bolsillo 
      es mejor amuleto que la pata de conejo: 

    banner cuadrado de Audible
    banner horizontal de Audible