'con la pasión que da el conocimiento' Jaime Gil de Biedma
Hoy está triste el juglar sólo canta para ella, que también la juglaría tiene parte en la tristeza. Sepan que de mal de amores nadie está libre en la tierra. Demasiado enamorado -aunque ya no pueda verla- y demasiada pasión esta noche de tormenta, el juglar siente en sus manos caer el agua y la sueña. Sueña que ve su sonrisa -de labio a labio le tiembla- cruzar las calles sin medio, poner el asfalto en siembra, hacer libre el corazón, bajar del sueño la fiesta, abrir los brazos de un mundo que es otro cuando se acerca, adelantada de abril y la nueva primavera. Hoy está triste el juglar, pues es con ella que sueña. y le reconoce al tacto la luna de sus caderas cuando ya, ciego en Granada, la noche toma las riendas y uno, sin luz, dice en versos las soledades eternas. Hace ya tiempo, señores, que el juglar no puede verla, pero a pesar de sus ojos entre la lluvia le espera. ¿Quién le trae un lazarillo para buscarla en la niebla? Le canta a los cuatro vientos y nunca halla respuesta. Llévenle mientras el alba un poco de buena yerba. Den la mano a este juglar cansado que la recuerda. Por hoy cesa en la romanza, perdónele su clientela: él es un juglar de ésos que a veces rompen las cuerdas, de los que han amado tanto, que diría Gil de Biedma. Hoy está triste el juglar, sólo canta para ella. Se me fue con su marido, pero yo sigo queriéndola.