Mierda, yo te saludo complacido cuando sales patética y caliente luego de abandonar en el crujiente y alimentado cuerpo tu sentido. Nada, sin tu calor, se ve nacido ni sin verse en tu espejo es inocente, mierda, pues nuestro fin es tu presente, desecho, no, sino vivir cumplido. Es tu fermento el que transforma en huerta un universo lleno de intestinos, danza de lo cocido y de lo crudo, porque sin ti la tierra es tierra muerta, solos y muertos todos los caminos. ¡Mierda, madre común, yo te saludo!
Mierda, yo te saludo complacido cuando sales patética y caliente luego de abandonar en el crujiente y alimentado cuerpo tu sentido. Nada, sin tu calor, se ve nacido ni sin verse en tu espejo es inocente, mierda, pues nuestro fin es tu presente,