¿Cómo sabe Andrea que la poesía no tiene cuerpo, no tiene corazón y en su hálito de niña pasa o puede pasar y habla de lo que siempre no habla? En la boca cuaja el mundo y a la luz de pasados que Andrea ignora para nunca su memoria es una casa nueva donde otros rostros vivirán, otros amaneceres, otros llantos. Mejor así. Todo lo que se hunde ahora, este tiempo que se disuelve, serán para ella páginas amarillentas olvidables. Un día sabrá que existieron como ella misma, entre lo imaginario y lo real. ¡Ah, vida, qué mañana cuando termines de escribir!
en el gran cielo de la poesía/ mejor dicho/ en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos/astros dioses/mortales está cantando el ruiseñor de Keats/ siempre/
Un hombre deseaba violentamente a una mujer, a unas cuantas personas no les parecía bien, un hombre deseaba locamente volar, a unas cuantas personas les parecía mal, un hombre deseaba ardientemente la Revolución y contra la opinión de la gendarmería