La muchacha del balcón, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    La muchacha del balcón

    La tarde bajaba por esa calle junto al puerto 
    Con paso lento, balanceándose, llena de olor, 
    Las viejas casas palidecen en tardes como ésta, 
    Nunca es mayor su harapienta melancolía 
    Ni andan más tristes de paredes, 
    En las profundas escaleras brillan fosforescencias como de mar, 
    ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si recordaran, 
    eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos, 
    una dulzura como de labios de la tarde, carnal, 
    carnal, 
    los rostros se ponen suaves en tardes como ésta, 
    arden con una especie de niñez 
    contra la oscuridad, el vaho de los dancings

    Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer 
    Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre, 
    El silencio de los desconocidos 
    Era un oleaje en medio de la calle 
    Con rodillas y rostros de ternura chocando 
    Contra el «New Inn», las puertas, los umbrales de color abandono. 

    Hasta que la muchacha se asomó al balcón 
    de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la cama deshecha 
    donde todos creyeron haberla amado alguna vez 
    antes de que viniera el olvido.

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