Torcazas, de Juan Gelman | Poema

    Poema en español
    Torcazas

    Se pasa de inocente a culpable 
    en un segundo. El tiempo 
    es así, torcazas 
    que cantan en un árbol cansado. 
    La carne piensa y no llora. Pensar 
    es ver la nada que nota 
    en una cucharada de sopa. 
    El dolor no se olvida 
    de uno. Sombras ahí, 
    distancias, superficies, 
    olor a sospechas podridas, congojas 
    que no mueven los pies. 
    El tiempo borra el sudor frío 
    del alma y si hace falta el alma. Pega con 
    el leve sonido a compañeros 
    colgados en la noche, son 
    urgentes, hacen 
    un país que nadie conoce 
    en el camino que empieza 
    donde acaba la lengua del empujado. 
    Están tendidos en las jaulas 
    de la sensación. Hay miedo 
    en la memoria prohibida, el sabor 
    del día que se distrajo y abre 
    de repente los deseos de ayer. Una 
    luna enorme finge acompañamientos. Vuela 
    la pérdida ojos adentro como 
    la longura de un pájaro azul. Los 
    compañeros, ¿están despiertos para 
    que pregunte quién soy? ¿No duermen 
    en lo que es no es? Las calles 
    sucias de amanecer son un error. La 
    emoción entre mi vida y 
    la conciencia de mi vida 
    es una continuidad que no 
    me pertenece. Agradezco 
    el saltito del pájaro en la rama 
    que abriga cuando 
    el cuarto que abandono navega 
    en sales, brumas, el espanto y 
    mi pecho metido en el polvo. 
    Y yo al revés.