Cartas a Clara, de Juan Rulfo - RM Verlag

En el prólogo del libro, Alberto Vital dice: 'Los papeles de un gran escritor tienen, sí, carácter de documentos'. Para él, permiten responder a una pregunta: '¿cómo es que Rulfo escribió esas trescientas páginas que Gabriel García Márquez ha puesto a la altura de las de Sófocles, esto es, de uno de los hombres que contribuyeron a fundar la civilización?'. En enero de 1945, Rulfo escribe: 'No sé lo que está pasando dentro de mí, pero a cada momento siento que hay algo grande y noble por lo que se puede luchar y vivir. Ese algo grande, para mí, lo eres tú … Estuve leyendo hace rato a un tipo que se llama Walt Whitman y encontré una cosa que dice: 'El que camina un minuto sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral'. Y esto me hizo recordar que yo siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente'.
Tapa blanda
21cm. Ancho: 13, 50cm. Peso: 320gr. Núm. páginas: 33 x 13, 50cm. Peso: 320gr. Núm. páginas: 33 mm
336 páginas
6077515957
9786077515951

Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917. Fue registrado en Sayula y vivió en la población de San Gabriel, pero las tempranas muertes de su padre (1923) y su madre (1927) obligaron a sus abuelos a inscribirlo en un internado en Guadalajara, la capital de Jalisco. Durante sus años en San Gabriel conoce la biblioteca literaria de un cura, depositada en la casa familiar, experiencia esencial en su formación. Se suele destacar su orfandad como determinante en su vocación artística, olvidando que su contacto temprano con aquellos libros tendría un peso mayor en este terreno. Una huelga en la Universidad de Guadalajara le impide inscribirse en ella y se traslada a la ciudad de México. Asiste a cursos en la Facultad de Filosofía y Letras y se convierte en un conocedor de la literatura histórica, antropológica y geográfica de México. Durante las décadas de 1930 y 1940 viaja extensamente por el país, trabaja en Guadalajara o en la ciudad de México y comienza a publicar sus cuentos gracias a su gran amigo Efrén Hernández. En estos mismos años se inicia como fotógrafo. Obtiene en 1952 la primera de las dos becas consecutivas del Centro Mexicano de Escritores, fundada por la estadounidense Margaret Shedd, sin duda la persona determinante para que Rulfo publicase en 1953 El Llano en llamas y en 1955 la novela Pedro Páramo, que lo consagran como un clásico de la lengua española. Las dos últimas décadas de su vida las dedicó al Instituto Nacional Indigenista, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México. Juan Rulfo falleció en la ciudad de México el 7 de enero de 1986. 

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