El día de asueto de un fotógrafo, de Lewis Carroll - Ediciones de Intervención Cultural

El reverendo Charles Lutwidge Dodgson era un tímido diácono de Oxford que ejercía como profesor de matemáticas, un hombre bastante corriente si no fuera por su afición a fotografiar jovencitas y por unos libros extraños que publicó con el pseudónimo Lewis Carroll. Amante de las paradojas, aquel hombre tranquilo no supo que su vida iba a convertirse en la mayor de ellas: acabar siendo nuestro contemporáneo. Aunque, para evitar malentendidos, habrá que aclarar que ese hombre fantasioso a pesar de su carácter meticuloso y obsesivo, conocido hoy como Lewis Carroll, y tal como señaló agudamente Virginia Woolf, no es un escritor para niños, sino 'sobre todo en las dos Alicias' un escritor capaz de hacer libros en los que podemos, de nuevo, volver a ser niños. Los textos que se reúnen en este volumen, sin embargo, están dirigidos claramente a un público adulto, y revelan al Carroll más brillante: al mago del lenguaje capaz de los más sofisticados juegos de palabras, a menudo de casi imposible traducción, al matemático apasionando por la lógica, al genial creador de paradojas, incluso, en el relato que da título al libro, al fotógrafo pionero que fue.
Tapa blanda
215 x 140 mm
166 páginas
849577609X
9788495776099

Charles Lutwidge Dodgson (Daresbury, 1832 - Guildford, 1898), más conocido como Lewis Carroll, fue profesor de Matemáticas en la Universidad de Oxford durante casi treinta años, además de autor de varias obras científicas, entre ellas Euclides y sus rivales modernos (1879) y El juego de la lógica (1886). En 1856, Dodgson descubrió la que sería una de sus pasiones: la fotografía. Así, a lo largo de más de veinte años, realizó una serie de tres mil retratos de los que apenas se conservan mil. Pero la verdadera fama no le llegaría hasta la publicación de Alicia en el país de las maravillas (1865) que, acompañada por las ilustraciones de sir John Tenniel, tuvo un éxito inmediato, así como su secuela A través del espejo (1871). Más adelante publicaría diversos cuentos y poemas, entre ellos La caza del snark (1876) y los dos volúmenes de Silvia y Bruno (1889-1893), ilustrados por Harry Furniss. Murió en 1898, a la edad de sesenta y cinco años.

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