Tristeza del recuerdo, de Luis Cernuda | Poema

    Poema en español
    Tristeza del recuerdo

    Por las esquinas vagas de los sueños, 
    alta la madrugada, fue conmigo 
    tu imagen bien amada, como un día 
    en tiempos idos, cuando Dios lo quiso. 

    Agua ha pasado por el río abajo, 
    hojas verdes perdidas llevó el viento 
    desde que nuestras sombras vieron quedas 
    su afán borrarse con el sol traspuesto. 

    Hermosa era aquella llama, breve 
    como todo lo hermoso: luz y ocaso. 
    Vino la noche honda, y sus cenizas 
    guardaron el desvelo de los astros. 

    Tal jugador febril ante una carta, 
    un alma solitaria fue la apuesta 
    arriesgada y perdida en nuestro encuentro; 
    el cuerpo entre los hombres quedó en pena. 

    ¿Quién dice que se olvida? No hay olvido. 
    Mira a través de esta pared de hielo 
    ir esa sombra hacia la lejanía 
    sin el nimbo radiante del deseo. 

    Todo tiene su precio. Yo he pagado 
    el mío por aquella antigua gracia; 
    y así despierto, hallando tras mi sueño 
    un lecho solo, afuera yerta el alba.

    • En ocasiones, raramente, solía encenderse el salón al atardecer, y el sonido del piano llenaba la casa, acogiéndome cuando yo llegaba al pie de la escalera de mármol hueca y resonante, mientras el resplandor vago de la luz que se deslizaba allá arriba en la galería, me aparecía como un cuerpo imp

    • ¿Mi tierra? 
      Mi tierra eres tú. 

      ¿Mi gente? 
      Mi gente eres tú. 

      El destierro y la muerte 
      para mi están adonde 
      no estés tú. 

      ¿Y mi vida? 
      Dime, mi vida, 
      ¿qué es, si no eres tú?

    • ¿Recuerdas tú, recuerdas aun la escena 
      a que día tras día asististe paciente 
      en la niñez, remota como sueño de alba? 
      El silencio pesado, las cortinas caídas, 
      el círculo de luz sobre el mantel, solemne 
      como paño de altar, y alrededor sentado 

    • No me queréis, lo sé, y que os molesta 
      cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende. 
      ¿Culpa mía tal vez o es de vosotros? 
      Porque no es la persona y su leyenda 
      lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve. 
      Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado