Lubrica nox, de Luis Gonzaga Urbina | Poema

    Poema en español
    Lubrica nox

    Miré, airado, tus ojos, cual mira agua un sediento 
    mordí tus labios como muerde un reptil la flor; 
    posé mi boca inquieta, como un pájaro hambriento, 
    en tus desnudas formas ya trémulas de amor. 

    Cruel fue mi caricia como un remordimiento; 
    y un placer amargo, con mezcla de dolor, 
    se deshacía en ansias de muerte y de tormento, 
    en frenesí morboso de angustias y de furor. 

    Faunesa, tus espasmos fueron una agonía. 
    ¡Qué hermosa estabas ebria de deseo, y que mía 
    fue tu carne de mármol luminoso y sensual! 

    Después, sobre mi pecho, tranquila te dormiste 
    como una dulce niña, graciosamente triste, 
    que sueña ¡sobre el tibio regazo maternal!

    • Fue en junio y a mediodía, 
      bajo el follaje sonoro 
      de un árbol, que parecía 
      gigantesco brazo moro 
      que de la tierra salía 
      para ofrecer su tesoro 
      a la inmensidad del cielo: 
      un verde y flotante velo 
      de luz, tramado de oro. 

    • A Ignacio M. Luchichi 
       
      Como al fondo del mar baja 
      el buzo en busca de perlas, 
      la inspiración baja a veces 
      al fondo de mis tristezas 
      para recoger estrofas 
      empapadas con mis penas. 
      Y en cada uno de mis versos