Perlas, de Luis Gonzaga Urbina | Poema

    Poema en español
    Perlas

    A Ignacio M. Luchichi 
     
    Como al fondo del mar baja 
    el buzo en busca de perlas, 
    la inspiración baja a veces 
    al fondo de mis tristezas 
    para recoger estrofas 
    empapadas con mis penas. 
    Y en cada uno de mis versos 
    viven, con vida siniestra, 
    mis deseos, mis temores, 
    mis dudas y mis creencias. 
    ¡Qué mucho que yo los ame! 
    ¡Qué mucho que yo los lea, 
    si son hojas arrancadas 
    al libro de mi existencia! 
    Cuando en mi obscura memoria 
    la frase brillando queda, 
    como en un jirón de nube 
    el reflejo de una estrella, 
    es porque bajó tan hondo 
    la inspiración a cogerla, 
    que en esa frase palpita 
    el corazón del poeta. 
    Siempre que a soñar me pongo 
    encantadoras quimeras, 
    imposibles ideales, 
    seres de extraña belleza 
    que habitan en luminosas 
    arquitecturas aéreas; 
    formas que flotan aisladas 
    y diáfanas, y serenas, 
    como los ángeles blancos 
    de la Divina Comedia, 
    la realidad de la vida, 
    inflexible, me despierta, 
    y quedo confuso y triste 
    sintiendo angustias supremas, 
    como esas aves que huyen 
    en busca de primavera 
    y en alta mar las sorprende 
    el furor de la tormenta. 
    Entonces escribo, escribo 
    con una ternura inmensa, 
    que sólo cuando hago versos 
    el alma llora y se queja, 
    y la inspiración se hunde 
    en el mar de las tristezas 
    para recoger estrofas 
    empapadas en mis penas. 
    Y sin embargo, en el fondo, 
    cuántos dolores se quedan 
    sin expresión, tan intensos 
    que no caben en la idea, 
    porque son, deseos vagos, 
    aspiraciones inmensas, 
    alas que exploran espacios, 
    sueños de cosas eternas, 
    nostalgias de extraños mundos, 
    citas de lo que no llega... 
    ¡La inspiración es un buzo 
    que no ha pescado esas perlas!

    • Fue en junio y a mediodía, 
      bajo el follaje sonoro 
      de un árbol, que parecía 
      gigantesco brazo moro 
      que de la tierra salía 
      para ofrecer su tesoro 
      a la inmensidad del cielo: 
      un verde y flotante velo 
      de luz, tramado de oro. 

    • A Ignacio M. Luchichi 
       
      Como al fondo del mar baja 
      el buzo en busca de perlas, 
      la inspiración baja a veces 
      al fondo de mis tristezas 
      para recoger estrofas 
      empapadas con mis penas. 
      Y en cada uno de mis versos