Allá en lejanas tierras de mi perdida infancia duerme un viejo amigo en su negra fosa. Y entre sus dedos yertos lleva apretando fuerte la razón austera de mi gran locura. Y mientras aguardo el final de este fin que nunca llega piensa todo el mundo que caí en locura.
Pensamientos rojos. Sentimientos grises. Sensaciones extrañas por la tierra perdida. La lejana infancia. El ocaso perdido. La razón y la locura, todas fundidas en una. ¿Dónde acaba la una dónde empieza la otra si en torbellino gris todos se vuelven una?
¿Dónde está el final, dónde el principio, si en un lapso colgando yace el alma perdida? Con la vista nublada tienta, buscando a oscuras, la razón austera de su gran locura. Ceniciento huele el aire, ceniciento el cuerpo inerte, colgando apesta el ambiente sin sol, ni luz, ni sombra.
Allá en lejanas tierras de mi perdida infancia duerme un viejo amigo en su negra fosa. Y entre sus dedos yertos lleva apretando fuerte la razón austera de mi gran locura. Y mientras aguardo el final de este fin que nunca llega