Quiero creer que estoy volviendo, de Mario Benedetti | Poema

    Poema en español
    Quiero creer que estoy volviendo

    Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo 
    con mi peor y mi mejor historia 
    conozco este camino de memoria 
    pero igual me sorprendo 

    hay tanto siempre que no llega nunca 
    tanta osadía tanta paz dispersa 
    tanta luz que era sombra y viceversa 
    y tanta vida trunca 

    vuelvo y pido perdón por la tardanza 
    se debe a que hice muchos borradores 
    me quedan dos o tres viejos rencores 
    y sólo una confianza 

    reparto mi experiencia a domicilio 
    y cada abrazo es una recompensa 
    pero me queda / y no siento vergüenza / 
    nostalgia del exilio 

    en qué momento consiguió la gente 
    abrir de nuevo lo que no se olvida 
    la madriguera linda que es la vida 
    culpable o inocente 

    vuelvo y se distribuyen mi jornada 
    las manos que recobro y las que dejo 
    vuelvo a tener un rostro en el espejo 
    y encuentro mi mirada 

    propios y ajenos vienen en mi ayuda 
    preguntan las preguntas que uno sueña 
    cruzo silbando por el santo y seña 
    y el puente de la duda 

    me fui menos mortal de lo que vengo 
    ustedes estuvieron / yo no estuve 
    por eso en este cielo hay una nube 
    y es todo lo que tengo 

    tira y afloja entre lo que se añora 
    y el fuego propio y la ceniza ajena 
    y el entusiasmo pobre y la condena 
    que no nos sirve ahora 

    vuelvo de buen talante y buena gana 
    se fueron las arrugas de mi ceño 
    por fin puedo creer en lo que sueño 
    estoy en mi ventana 

    nosotros mantuvimos nuestras voces 
    ustedes van curando sus heridas 
    empiezo a comprender las bienvenidas 
    mejor que los adioses 

    vuelvo con la esperanza abrumadora 
    y los fantasmas que llevé conmigo 
    y el arrabal de todos y el amigo 
    que estaba y no está ahora 

    todos estamos rotos pero enteros 
    diezmados por perdones y resabios 
    un poco más gastados y más sabios 
    más viejos y sinceros 

    vuelvo sin duelo y ha llovido tanto 
    en mi ausencia en mis calles en mi mundo 
    que me pierdo en los nombres y confundo 
    la lluvia con el llanto 

    vuelvo / quiero creer que estoy volviendo 
    con mi peor y mi mejor historia 
    conozco este camino de memoria 
    pero igual me sorprendo.

    Mario Benedetti (Paso de los Toros, Uruguay, 1920-Montevideo, 2009). Se educó en un colegio alemán y se ganó la vida como taquígrafo, vendedor, cajero, contable, funcionario público y periodista. Autor de novelas, relatos, poesía, teatro y crítica literaria, publicó más de cincuenta libros y ha sido traducido a veintitrés idiomas. Fue galardonado con, entre otros, el Premio Reina Sofía de Poesía 1999 y el Premio Iberoamericano José Martí 2000. 

    • Voy a cerrar los ojos en voz baja 
      voy a meterme a tientas en el sueño. 
      En este instante el odio no trabaja 
      para la muerte que es su pobre dueño 
      la voluntad suspende su latido 
      y yo me siento lejos, tan pequeño 
      que a Dios invoco, pero no le pido 

    • Porque te tengo y no 
      porque te pienso 
      porque la noche está de ojos abiertos 
      porque la noche pasa y digo amor 
      porque has venido a recoger tu imagen 
      y eres mejor que todas tus imágenes 
      porque eres linda desde el pie hasta el alma 

    • El mar es un azar 
      qué tentación echar 
      una botella al mar 
      poner en ella por ejemplo un grillo 
      un barco sin velamen y una espiga 
      sobrantes de lujuria algún milagro 
      y un folio rebosante de noticias 
      poner un verde un duelo una proclama 

    • Yo digo ¿no? 
      esta mano 
      que escribe mil doscientos 
      y transporte 
      y Enero 
      y saldo en caja 
      que balancea el secante 
      y da vuelta la hoja 
      esta mano crispada en el apuro 
      porque se viene el plazo 
      y no hay tu tía 

    • Te espero cuando la noche se haga día, 
      suspiros de esperanzas ya perdidas. 
      No creo que vengas, lo sé, 
      sé que no vendrás. 
      Sé que la distancia te hiere, 
      sé que las noches son más frías, 
      Sé que ya no estás. 
      Creo saber todo de ti. 

    • La verdad es que 
      grietas 
      no faltan 
      así al pasar recuerdo 
      las que separan a zurdos y diestros 
      a pequineses y moscovitas 
      a présbites y miopes 
      a gendarmes y prostitutas 
      a optimistas y abstemios 
      a sacerdortes y aduaneros