Una mujer desnuda y en lo oscuro 
tiene una claridad que nos alumbra 
de modo que si ocurre un desconsuelo 
un apagón o una noche sin luna 
es conveniente y hasta imprescindible 
tener a mano una mujer desnuda. 
Una mujer desnuda y en lo oscuro 
genera un resplandor que da confianza 
entonces dominguea el almanaque 
vibran en su rincón las telarañas 
y los ojos felices y felinos 
miran y de mirar nunca se cansan. 
Una mujer desnuda y en lo oscuro 
es una vocación para las manos 
para los labios es casi un destino 
y para el corazón un despilfarro 
una mujer desnuda es un enigma 
y siempre es una fiesta descifrarlo. 
Una mujer desnuda y en lo oscuro 
genera una luz propia y nos enciende 
el cielo raso se convierte en cielo 
y es una gloria no ser inocente 
una mujer querida o vislumbrada 
desbarata por una vez la muerte.
Mario Benedetti (Paso de los Toros, Uruguay, 1920-Montevideo, 2009). Se educó en un colegio alemán y se ganó la vida como taquígrafo, vendedor, cajero, contable, funcionario público y periodista. Autor de novelas, relatos, poesía, teatro y crítica literaria, publicó más de cincuenta libros y ha sido traducido a veintitrés idiomas. Fue galardonado con, entre otros, el Premio Reina Sofía de Poesía 1999 y el Premio Iberoamericano José Martí 2000.