Es mi afán tan inmenso por mirarte,
que el alma entera por mirarte diera;
más si doy por mirarte el alma entera,
me quedaré sin alma para amarte.
Quisiera aborrecerte y olvidarte;
no conocerte, por mi bien quisiera;
Pues he perdido mi ilusión primera,
y de dolor mi corazón se parte.
Era tu amor el sol que me alumbraba,
y ese sol ocultó nube sombría
que horrorosa tormenta presagiaba.
Por ti no encuentro calma ni alegría,
por ti suspiro si la noche acaba,
y por ti lloro si se aleja el día