Rimas, de Miguel de Unamuno | Poema

    Poema en español
    Rimas



    ¿Por qué esos lirios que los hielos matan? 
    ¿Por qué esas rosas a que agosta el sol? 
    ¿Por qué esos pajarillos que sin vuelo 
    se mueren en plumón? 

    ¿Por qué derrocha el cielo tantas vidas 
    que no son de otras nuevas eslabón? 
    ¿Por qué fue dique de tu sangre pura 
    tu pobre corazón? 

    ¿Por qué no se mezclaron nuestras sangres 
    del amor en la santa comunión? 
    ¿Por qué tú y yo, Teresa de mi alma 
    no dimos granazón? 

    ¿Por qué, Teresa, y para qué nacimos? 
    ¿Por qué y para qué fuimos los dos? 
    ¿Por qué y para qué es todo nada? 
    ¿Por qué nos hizo Dios? 





    Cuando duerme una madre junto al niño 
    duerme el niño dos veces; 
    cuando duermo soñando en tu cariño 
    mi eterno ensueño meces. 

    Tu eterna imagen llevo de conducho 
    para el viaje postrero; 
    desde que en ti nací, una voz escucho 
    que afirma lo que espero. 

    Quien así quiso y así fue querido 
    nació para la vida; 
    sólo pierde la vida su sentido 
    cuando el amor se olvida. 

    Yo sé que me recuerdas en la tierra 
    pues que yo te recuerdo, 
    y cuando vuelva a la que tu alma encierra 
    si te pierdo, me pierdo. 

    Hasta que me venciste, mi batalla 
    fue buscar la verdad; 
    tú eres la única prueba que no falla 
    de mi inmortalidad.