Por qué te entregas a esa piedra niño de ojos almendrados con el impuro pensamiento de derramarla contra el árbol. Quien no hace nunca daño a nadie no se merece tan mal trato. Ya sea sauce pensativo ya melancólico naranjo debe ser siempre por el hombre bien distinguido y respetado: niño perverso que lo hiera hiere a su padre y a su hermano. Yo no comprendo, francamente, cómo es posible que un muchacho tenga este gesto tan indigno siendo tan rubio y delicado. Seguramente que tu madre no sabe el cuervo que ha criado, te cree un hombre verdadero, yo pienso todo lo contrario: creo que no hay en todo Chile niño tan malintencionado. ¡Por qué te entregas a esa piedra como a un puñal envenenado, tú que comprendes claramente la gran persona que es el árbol! Él da la fruta deleitosa más que la leche, más que el nardo; leña de oro en el invierno, sombra de plata en el verano y, lo que es más que todo junto, crea los vientos y los pájaros. Piénsalo bien y reconoce que no hay amigo como el árbol, adonde quiera que te vuelvas siempre lo encuentras a tu lado, vayas pisando tierra firme o móvil mar alborotado, estés meciéndote en la cuna o bien un día agonizando, más fiel que el vidrio del espejo y más sumiso que un esclavo. Medita un poco lo que haces mira que Dios te está mirando, ruega al Señor que te perdone de tan gravísimo pecado y nunca más la piedra ingrata salga silbando de tu mano.
La mujer imposible, la mujer de dos metros de estatura, la señora de mármol de carrara que no fuma ni bebe, la mujer que no quiere desnudarse por temor a quedar embarazada, la vestal intocable que no quiere ser madre de familia,
Los profesores nos volvieron locos a preguntas que no venían al caso cómo se suman números complejos hay o no hay arañas en la luna cómo murió la familia del zar ¿es posible cantar con la boca cerrada? quién le pintó bigotes a la Gioconda