Pulsas, palpas el cuerpo de la noche, de Octavio Paz | Poema

    Poema en español
    Pulsas, palpas el cuerpo de la noche

    Pulsas, palpas el cuerpo de la noche, 
    verano que te bañas en los ríos, 
    soplo en el que se ahogan las estrellas, 
    aliento de una boca, 
    de unos labios de tierra. 

    Tierra de labios, boca 
    donde un infierno agónico jadea, 
    labios en donde el cielo llueve 
    y el agua canta y nacen paraísos. 

    Se incendia el árbol de la noche 
    y sus astillas son estrellas, 
    son pupilas, son pájaros. 
    Fluyen ríos sonámbulos. 
    Lenguas de sal incandescente 
    contra una playa oscura. 

    Todo respira, vive, fluye: 
    la luz en su temblor, 
    el ojo en el espacio, 
    el corazón en su latido, 
    la noche en su infinito. 

    Un nacimiento oscuro, sin orillas, 
    nace en la noche de verano, 
    en tu pupila nace todo el cielo.

    Octavio Paz (1914-1998), poeta, ensayista, traductor, dramaturgo y cuentista mexicano, fue diplomático y profesor en universidades europeas y norteamericanas. En 1963 fue distinguido con el Gran Premio Internacional de Poesía, y después con el Premio Cervantes 1981 y el Premio Nobel de Literatura 1990. Desde 1977, hasta su muerte, dirigió la revista Vuelta (Premio Príncipe de Asturias 1992). Publicó, entre otros numerosos libros, los de poesía Libertad bajo palabra, Salamandra, Ladera este, Árbol adentro, así como los ensayos El laberinto de la soledad, El arco y la lira, Puertas al campo, Corriente alterna, Cuadrivio, Los hijos del limo o El ogro filantrópico, y el monumental estudio Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, por citar algunos.