Visita, de Oliverio Girondo | Poema

    Poema en español
    Visita

    No estoy. 
    No la conozco. 
    No quiero conocerla. 
    Me repugna lo hueco, 
    la afición al misterio, 
    el culto a la ceniza, 
    a cuanto se disgrega. 
    Jamás he mantenido contacto con lo inerte. 
    Si de algo he renegado es de la indiferencia. 
    No aspiro a transmutarme, 
    ni me tienta el reposo. 
    Todavía me intrigan el absurdo, la gracia. 
    No estoy para lo inmóvil, 
    para lo inhabitado. 
    Cuando venga a buscarme, 
    díganle: 
    “Se ha mudado”.

    • Lo palpable lo mórbido 
      el conco fondo ardido los tanturbios 
      las tensas sondas hondas los reflujos las ondas de la carne 
      y sus pistilos núbiles contráctiles 
      y sus anexos nidos 
      los languiformes férvidos subsobornos innúmeros del tacto 
      su mosto azul desnudo 

    • Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón. 

    • Este campo fue mar 
      de sal y espuma. 
      Hoy oleaje de ovejas, 
      voz de avena. 

      Más que tierra eres cielo, 
      campo nuestro. 
      Puro cielo sereno... 
      Puro cielo. 

      ¿De tu origen marino no conservas 
      más caracol que el nido del hornero?