La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca - Mestas Ediciones

La vida es sueño es uno de los dramas más celebrados de la literatura universal. Es estrenada en 1635, en plena madurez del autor, cuando contaba treinta y cinco años de edad, y casualmente, el mismo año de la muerte de Lope de Vega. El tema principal es el de considerar la vida terrena como un simple sueño, del que se despierta con la muerte. Se pretende llamar así la atención sobre la fugacidad de la vida y lo importante que resulta dotar a ésta de buenas obras para aportarle significado. La novedosa postura del autor nos hace profundizar en una realidad más sutil, que representa el subconsciente, y se suele expresar en sueños, en los cuales aparecen todo tipo de deseos y frustraciones. Las fronteras entre el subconsciente y la realidad consciente son difusas y difíciles de determinar. Así, siguiendo el argumento, llegamos a la conclusión de que son pocas las veces que tenemos conciencia de existir, surge la duda de si los sucesos y situaciones son verdades o simples ilusiones.
Tapa blanda
190 x 120 mm
128 páginas
8416365571
9788416365579

Índice

Teatro

Pedro Calderón de la Barca nació el 17 de enero de 1600 en Madrid. De familia de hidalgos, su padre era secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda. Comenzó su formación en 1605 en Valladolid, donde la familia se había trasladado al encontrarse allí la Corte. En 1608 su padre decidió que ingresara en el Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid, donde estuvo hasta 1613. Continuó estudios en la Universidad de Alcalá de Henares y más tarde pasó a la Universidad de Salamanca. Sin embargo, no se ordenó religioso, tal y como había deseado su padre. En cambio, se decantó por la vida militar y tomó parte en varias campañas militares al servicio del duque del Infantado en Flandes y en el norte de Italia durante 1623 y 1625. Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, se estrenó en Madrid en 1623 con motivo de la visita del príncipe de Gales. A su regreso de la guerra continuó escribiendo y representando dramas en la capital del reino. Lo cierto es que durante sus años mozos estuvo envuelto en varias pendencias y en broncas a causa del juego, como la violación de la clausura del Convento de las Trinitarias de Madrid en el que irrumpió persiguiendo a un rival, hecho que le ganó la enemistad de otro grande como Lope de Vega, cuya hija moraba entre aquellos muros. El éxito de sus comedias le granjeó el favor del monarca Felipe IV, quien le encargó numerosas obras para los teatros de la Corte, como El mayor encanto, amor, que inauguró el Coliseo del Palacio del Buen Retiro en 1635. Fueron años de gran prestigio, con obras como La dama duende y El príncipe constante (1629), Casa con dos puertas mala es de guardar (1632), El médico de su honra (1635), La vida es sueño (1636), No hay burlas con el amor y El mágico prodigioso (1637) o El alcalde de Zalamea (1640). En 1651 se ordenó sacerdote y dos años después obtuvo la capellanía de la catedral de Toledo. Continuó escribiendo dramas y comedias, pero las obras sacramentales ocuparon un lugar preponderante en su producción desde entonces, como es el caso de El gran teatro del mundo (1655). El rey le impuso el hábito de Santiago y le nombró su capellán personal. Tuvo una larga vida que se apagó el 25 de mayo de 1681 en la ciudad que lo vio nacer.

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