Fue para vos para quien yo, Señora,
cortó al rosal las flores que os envío;
no hacerlo así y el vendaval o el frío
las agostaran antes de la aurora.
Ejemplo os dan, que si lucís agora
de impar beldad mirífico atavío,
pensad también que el tiempo ciego, impío
todo lo va royendo hora tras hora.
Pasan, fugan, esfúmanse los días;
lo que hoy somos será muerta ventura
del incierto mañana en las umbrías.
de mi rendido amor no estáis segura?
Pasan las horas, fúganse vacías...
Por qué no darme en flor vuestra hermosura?