¡Oh vírgenes desnudas! ¡Oh cabelleras de color de otoño! ¡Oh rocío inocente Que luce en la sonrisa de los ojos, Ojos silvestres, ágiles y nuevos, Los más dulces de todos! ¡Oh pies desnudos, caricia de la tierra, Pies que besa el arroyo Temblando! ¡Oh senos en capullo, donde, El sol hace bailar sus manchas de oro Debajo de las hojas! ¡Oh muchachas! Jugad. Os reconozco, Tropel de mis lejanas primaveras... Dejadme contemplaros. Ya no corro Con mí pasado a cuestas tras vosotras, Y a la sombra que baja me abandono. Huisteis, maliciosas, con las alas De mi propia ilusión, dejando plomo En mis plantas cansadas, y en mi vida Amargura sin fondo... ¡Oh vírgenes desnudas! ¡Oh cabelleras de color de otoño!
¡Oh vírgenes desnudas! ¡Oh cabelleras de color de otoño! ¡Oh rocío inocente Que luce en la sonrisa de los ojos, Ojos silvestres, ágiles y nuevos, Los más dulces de todos! ¡Oh pies desnudos, caricia de la tierra, Pies que besa el arroyo