Historias del buen Dios, de Rainer Maria Rilke - Ediciones de Intervención Cultural

Rilke escribió este libro tras una larga estancia en Rusia, donde visitó a Tolstoi, quien le causaría una gran impresión. Quizá de su influencia, y de las conversaciones con los campesinos, han surgido estas extraordinarias Historias del buen Dios, un libro en el que, a modo de parábolas, trece narraciones bucean en las raíces del ser. El narrador elige como destinatarios de sus historias a distintos personajes: Ewald, un paralítico asomado siempre a la misma ventana, el pedante Baum, su propia vecina o incluso, en la historia final, la oscuridad. Pretende que ellos, a su vez, las transmitan a los niños, quizá los únicos capaces de entenderlas en toda su profundidad. Cada una de las historias puede leerse, en su sentido literal, como fábulas fantásticas en las que la figura de Dios ocupa un lugar preeminente, pero los textos tienen también otra lectura, en la que las cuestiones morales, religiosas e incluso políticas afloran a través de símbolos y sobreentendidos. 'Historias del buen Dios' es tal vez el texto en prosa de Rilke de mayor belleza y sensibilidad, y sin duda pide ser leído desde 'la oscuridad de los corazones', ese lugar que, según Rilke, Dios prefiere en lugar de 'la clara y fría especulación de los pensamientos'.
Tapa blanda
215 x 140 mm
120 páginas
8495776006
9788495776006

Rainer Maria Rilke nació en Praga en diciembre de 1875. Estudió en uno de los mejores colegios de dicha ciudad y luego ingresó en una academia militar, que abandonó para estudiar letras y filosofía en las universidades de Praga, Munich y Berlín. De esa época datan sus primeros libros de poesía: Vida y canciones (1895), Coronado de sueño (1897) y Adviento (1898). Un viaje a Rusia en 1899 le inspiraría años más tarde sus conocidas Elegías del Duino (1922). La leyenda del amor y muerte del alférez Christoph Rilke y el libro Cuadernos de Malte Laurids Brigge atrajeron la atención de los críticos sobre él, especialmente en Francia, donde había residido y había trabado amistad con el escultor Auguste Rodin y el escritor André Gide. Tras la primera guerra mundial, en la que participó brevemente, viajó por varios países mediterráneos y finalmente se estableció en Suiza, donde publicaría los Sonetos a Orfeo, una de sus obras más conocidas. Murió en 1926.

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