Relatos de Praga, de Rainer Maria Rilke - Ediciones de Intervención Cultural

Tras la ruptura matrimonial de sus padres, Rainer Maria Rilke (Praga, 1875 / Val Mont, 1926) ingresó en la misma Academia Militar en que había estado Musil -y que aparece en Las Tribulaciones del joven Törless- pero pronto comprendió que la carrera de las armas no era lo que mejor cuadraba a su carácter. Abandonada la Academia, empezó a escribir poemas, y ya a los diecisiete años concluyó Vida y canciones, que sería publicada un año después. Comenzaba así un trayecto literario que había de acabar constituyéndose en uno de los mayores y más renovadores del siglo, obras como Elegías del Duino o Los sonetos a Orfeo son una extrema y fascinante experiencia del espíritu y cumbres de la lírica del siglo xx. Pero la talla literaria de Rilke no se encuentra sólo en sus poemas, su obra en prosa es también excepcional. Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, la novela autobiográfica Ewald Tragy, los magníficos cuentos de Historias del buen Dios o estos Relatos de Praga no son obras secundarias, sino otra forma de expresar las ideas que, utilizando las palabras del propio Rilke, configuran algo más que una obra: un proyecto de existencia.
Tapa blanda
8496356027
9788496356023

Rainer Maria Rilke nació en Praga en diciembre de 1875. Estudió en uno de los mejores colegios de dicha ciudad y luego ingresó en una academia militar, que abandonó para estudiar letras y filosofía en las universidades de Praga, Munich y Berlín. De esa época datan sus primeros libros de poesía: Vida y canciones (1895), Coronado de sueño (1897) y Adviento (1898). Un viaje a Rusia en 1899 le inspiraría años más tarde sus conocidas Elegías del Duino (1922). La leyenda del amor y muerte del alférez Christoph Rilke y el libro Cuadernos de Malte Laurids Brigge atrajeron la atención de los críticos sobre él, especialmente en Francia, donde había residido y había trabado amistad con el escultor Auguste Rodin y el escritor André Gide. Tras la primera guerra mundial, en la que participó brevemente, viajó por varios países mediterráneos y finalmente se estableció en Suiza, donde publicaría los Sonetos a Orfeo, una de sus obras más conocidas. Murió en 1926.

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