Introducción del símbolo de la fe, de Reinaldo Arenas | Poema

    Poema en español
    Introducción del símbolo de la fe

    Sé que más allá de la muerte 
    está la muerte, 
    Sé que más acá de la vida 
    está la estafa. 
    Sé que no existe el consuelo 
    que no existe 
    la anhelada tierra de mis sueños ni la desgarrada visión de nuestro héroes. 
    Sigue leyendo... Pero 
    te seguimos buscando, patria, 
    en las tradiciones del recién llegado 
    y en las mentiras del primer cronista. 
    Sé que no existe el refugio del abrazo 
    y que Dios es un estruendo de hojalata. 
    Pero 
    te seguimos buscando, patria, 
    en las amenazas del nuevo impostor 
    y en las palmas que revientan buldoceadas. 
    Sé que no existe la visión 
    del que siempre perece entre las llamas 
    que no existe la tierra presentida 
    Pero 
    te seguimos buscando, tierra, 
    en el roer incesante de las aguas, 
    en el reventar de mangos y mameyes, 
    en el tecleteo de las estaciones 
    y en la confusión de todos los gritos. 
    Sé que no existe la zona de descanso 
    que faltan alimentos para el sueño, 
    que no hay puertas en medio del espanto. 
    Pero 
    te seguimos, buscando, puerta, 
    en las costas usurpadas de metralla, 
    en la caligrafía de los delincuentes, 
    y en el insustancial delirio de la conga. 
    Sé 
    que hay un torrente de ofensas aún guardadas 
    y arsenales de armas estratégicas, 
    que hay palabras malditas, que hay prisiones 
    y que en ningún sitio está el árbol que no existe. 
    Pero 
    te seguimos buscando, árbol, 
    en las madrugadas de cola para el pan 
    y en las noches de cola para el sueño. 
    Te seguimos buscando, sueño, 
    en las contradicciones de la historia 
    en los silbidos de las perseguidoras 
    y en las paredes atestadas de blasfemias. 
    Sé 
    que no hallaremos tiempo 
    que no hay tiempo ya para gritar, 
    que nos falla la memoria, 
    que olvidamos el poema, que, aturdidos, 
    acudimos a la última llamada 
    (el agua, la cola de cigarro). 
    Pero 
    te seguimos buscando, tiempo, 
    en nuestros obligatorio concurrir a mítines, 
    funerales y triunfos oficiales, 
    y en las interminables jornadas en el campo. 
    Te seguimos buscando, palabra, 
    por sobre la charla de las cacatúas 
    y el que vendió su voz por un paseo, 
    por sobre el cobarde que reconoce el llanto 
    pero tiene familias... y horas de recreo. 
    Te seguimos trabajando, poema, 
    por sobre la histeria de las multitudes 
    y tras la consigna de los altavoces, 
    más allá del ficticio esplendor y las promesas. 
    Todo eso lo sé. 
    Pero te seguimos buscando, dicha, 
    en la memoria de un gran latigazo 
    y tras el escozor de la última patada. 
    Te seguimos buscando, tierra, 
    en el fatigado ademán de nuestros padres 
    y en el obligatorio trotar de nuestras piernas. 
    Te seguimos buscando, calma, 
    en el infinito gravitar de nuestras furias 
    en el sitio donde confluyen nuestros huesos 
    en los mosquitos que comparten nuestros cuerpos 
    en el acoso por sueños y aceras 
    en el aullido del mar 
    en el sabor que perdieron los helados 
    en el olor del galán de noche 
    en las ideas convertidas en interjecciones ahogadas 
    en las noches de abstinencia 
    en la lujuria elemental 
    en el hambre de ayer que hoy hambrientos condenamos 
    en la pasada humillación que hoy humillados denunciamos. 
    En la censura de ayer que hoy amordazados señalamos 
    en el día que estalla 
    en los épicos suicidios 
    en el timo colectivo 
    en el chantaje internacional 
    en el pueril aplauso de las multitudes 
    en el reventar de cuerpos contra el muro 
    en las mañanas ametralladas 
    en la perenne infamia 
    en el impublicable ademán de los adolescentes 
    en nuestra voracidad impostergable 
    en el indolente estruendo de la primavera 
    en la ausencia de Dios 
    en la soledad perpetua 
    y en le desesperado rodar hacia la muerte 
    te seguimos buscando 
    te seguimos 
    te seguimos.