Habitación de hotel, de Ricardo Bellveser | Poema

    Poema en español
    Habitación de hotel

    Aquí donde me veis, perdido en esta triste 
    Habitración de hotel en Tula, tuve la fuerza 
    Y ña belleza del animal libre y joven 
    que amaba en sobresalto y dormía en paz, 
    desatento a que después vendrían estos tiempos 
    de sueño roto por los que ahora transito 
    abrumado, los brazos en cruz, las mejillas resecas, 
    los dedos como sarmientos del último día. 
    Lo pienso acostado boca arriba 
    sobre un lecho antiguo y sucio, 
    en un cuarto de hotel con vista 
    a los abedules del paseo. 
    Me miro las manos y descubro 
    este amanecer sin sol cuyo frío 
    en las sienes palpita como un timbal de hierro. 
    Reencontrada tristeza a la que me llega 
    el recuerdo del sabor de los labios de mujer, 
    el aroma de los cuerpos unidos en la refriega, 
    mi musculatura viva ejercitando el amor. 
    Todo se perdió en el olor de las alcobas 
    en las que soñaron las fértiles muchachas. 
    Regresa hasta mi boca la agridulce saliva 
    perdida allá en el fondo de un beso inacabable, 
    aquel regalo de un universo que a ratos 
    aún se hace sitio por mi frente. 
    Regresa para anunciar su adiós, su olvido. 
    Sigue ajeno el gran circo en el que todo sucede 
    y nada es previsible. La muerte, la vejez, es ese olor 
    que a veces notas en las palmas de tus manos, 
    una peste antigua y extraña que se arrastra 
    desde hace tantos siglos como existe el hombre 
    y prevalece por debajo de colonias y afeites, 
    de los inciensos con los que perfumas la casa. 
    El pestilente hedor cae sobre las cunas. 
    Debajo de todos los pensamientos 
    pasa la bestia deforme que nos aguarda 
    al cabo de la edad, sin disimulo. 

    • Aquí donde me veis, perdido en esta triste 
      Habitración de hotel en Tula, tuve la fuerza 
      Y ña belleza del animal libre y joven 
      que amaba en sobresalto y dormía en paz, 
      desatento a que después vendrían estos tiempos 
      de sueño roto por los que ahora transito