Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva. Tú que nos das el orgullo de creernos un centro, cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido y del chajá ascendente. Pretexto de vagabundas ansias de partir sin meta. Igualdad más invencible que las pendientes de la montaña limitada y que el abrazo sombrío de las selvas aisladoras. ¡Tú que das resignación al pequeño, empampado de infinito!
Mi Dios. Bajo tu amparo escribo. Por mi boca tan chica se empequeñece tu amor por las cosas que están en ti sin disminuirte. Tu palabra en mí se reduce, y yo de ti me agrando. Pobre cosa tuya sufro de sobrarme a mí mismo y mi alma camina
Madre. Horizonte. Soledad. Llanura franca al sol que sólo sabe de tu curva. Tú que nos das el orgullo de creernos un centro, cuna, sepulcro y sustento. Creadora del gaucho afirmativo, del caballo amigo de la distancia, del puma escondido