Al afeitarme veo, en toda su extensión, sólo por esta vez, mi cara en el espejo. La miro de reojo como si se tratase de un problema de carpintería... Aunque la encuentro un poco más delgada, es la cara de siempre, con ojos acechantes al ritmo de mi mano..
Nunca tienen los días las suficientes horas... Según estoy tumbado, confinado, anhelante, monomaniaco, celoso incluso de la intrusión más mínima (me resulta imposible rechazar la diminuta espina de algún cardo). Incapaz de imitar la manera espontánea con que exigen los niños sus respuestas.
Tan inflamable es para mí una piedra como una cerilla de cartón.
La marea doméstica ha cesado; y, tú también, inclinas la cabeza sobre lo que has escrito y corriges, a veces disgustado, con cara inexpresiva, como los girasoles.
Tenemos suerte de haber podido juntos realizar tantas cosas.
Al afeitarme veo, en toda su extensión, sólo por esta vez, mi cara en el espejo. La miro de reojo como si se tratase de un problema de carpintería... Aunque la encuentro un poco más delgada, es la cara de siempre, con ojos acechantes al ritmo de mi mano..