A menudo entro y salgo de mí mismo y alguna vez me solicito audiencia. Topo conmigo en largos corredores y pongo cara de que no me asombro o bien me ignoro.
Un breve llanto oscuro rompe un espejo. Vamos de viaje, nos dejamos, jugamos a escondernos, mi cuerpo y yo, esposos de la aurora.
¿Soy yo sin ser? ¿Y no es soñar vivir fuera de sí, de los muros, la duda, donde el cuerpo no llega, porque pesa más que el bronce y el plomo del cerebro?
Y me voy por lugares musicales para olvidar el sitio donde habito: la arcilla densa de donde entro y salgo ya vivir me resigno sin mis alas.
-Entrad en mí, pues tengo mil alcobas para vosotros, salas e invernáculos. Mas nadie viene, el único invitado soy yo, en la casa demasiado grande.
A menudo entro y salgo de mí mismo y alguna vez me solicito audiencia. Topo conmigo en largos corredores y pongo cara de que no me asombro o bien me ignoro.