Viejo:
Cerrada estaua mi puerta.
¿A qué vienes? ¿Por do entraste?
Di, ladrón, ¿por qué saltaste
las paredesde mi huerta?
La hedad y la razón
ya de ti man libertado.
Dexa el pobre coraçón,
retraýdo en su rincón,
contemplar quál las parado.
Quanto más queste vergel
no produze locas flores
ni los frutos y dulçores
que solíes hallar en él.
Sus verduras y hollajes
y delicados frutales
hechos son todos saluajes,
conuertidos en linajes
de natíos de eriales.
La beldad deste jardín
ya no temo quela halles
ni las ordenadas calles
ni los muros de jazmín.
Ni los arroyos corrientes
de biuas aguas notables
ni las aluercas ni fuentes
ni las aues produzientes
los cantos tan consolables.
Ya la casa se deshizo
de sotil lauor estraña
y tornosse esta cabaña
de cañuelas de carrizo.
Delos frutos hize truecos
por escaparme de ti,
por aquellos troncos secos,
carcomidos, todos huecos
que parescen cerca mí.
Sal del huerto, miserable.
Ve buscar dulce floresta,
que tú no puedes en ésta
hazer vida deleytable.
Ni tú ni tus seruidores
podés bien estar comigo,
que, aunquestén llenos de flores,
yo sé bien quántos dolores
ellos traen siempre consigo.
Tú traydor eres, Amor;
delos tuyos enemigo
y los que biuen contigo
son ministros del dolor.
Sábete que sé que son
Afán, Desdén y Desseo,
Sospiro, Celos, Passión,
Osar, Temer, Afición,
Guerra, Saña, Deuaneo,
Tormento y Desesperança,
Engaños con Ceguedad,
Lloros y Catiuidad,
Congoxa, Rauia, Mudança,
Tristeza, Dubda, Coraje,
Lisonja, Troque y Espina
y otros mil deste linaje,
que consu falso visaje
su forma nos desatina.
Amor:
En tu habla representas
que nos has bien conoscido.
Viejo:
Sí, que no tengo en oluido
cómo hieres y atormentas.
Esta huerta destruyda
manifiesta tu centella.
Dexa mi cansada vida,
sana ya de tu herida
más que tú de su querella.
Amor:
Pues estás tan criminal,
hablar quiero con sossiego
por que no encendamos huego
como yesca y pedernal.
Y pues soy Amor llamado,
hablaré con dulcedumbre,
recibiendo muy temprado
tu hablar tan denodado,
en panes de dulcedumbre.
Viejo:
Blanda cara de alacrán,
fines fieros y rauiosos;
los potajes ponçoñosos
en sabor dulce se dan.
Como el más blando licor
es muy más penetratiuo,
piensas tú con tu dulçor
penetrar el desamor
en que me hallas esquiuo.
Las culebras y serpientes
y las cosas enconadas
son muy blandas y pintadas
y ala vista muy plazientes;
mas un secreto venino
dexando pueden llegar,
qual, según que yo adeuino,
dexarías enel camino
que comigo quies llevar.
Amor:
A la habla que te hago,
¿por qué cierras las orejas?
Viejo:
Porque muerden las abejas
aunque llegan con halago.
Amor:
No me vaias atajando
que yo lo que quieres quiero.
Viejo:
Ni muestres tú falagando
que, aunque agora vienes blando,
bien sé que eres escusero.
Amor:
Escucha, padre señor,
que por mal trocaré bienes,
por ultrajes y desdenes
quiero darte gran honor.
A ti questás más dispuesto
para me contradezir,
assí tengo presupuesto
de sofrir tu duro gesto
por que sufras mi seruir.
Viejo:
Ve daý, pan de çaraças.
Vete, carne de señuelo.
Vete, mal ceuo de anzuelo.
Tira allá, que membaraças.
Reclamo de paxarero,
falso cerro de vallena,
el ques cauto marinero
no se vence muy ligero
del cantar dela serena.
Amor:
Tu rigor no dé querella
que manzille tu bondad
y, pues tienes justedad,
sigue los caminos della.
Al culpado, si es aussente,
lo llaman para juzgar.
Pues, ¿por quál inconuiniente
al presente ygnocente
no te plaze descuchar?
Viejo:
Habla ya. Di tus razones,
di tus enconados quexos,
pero dímelos de lexos.
El ayre no menfeciones.
Que, según sé de tus nueuas,
si te llegas cerca mí,
tú farás tan dulces prueuas
quel vltraje que ora lleuas
ésse lleue yo de ti.
Amor:
Nunca Dios tal maleficio
te permita conseguir,
antes para te seruir
purifique mi seruicio.
Qual en tanto grado cresca
que más no pueda subir,
porque loe y agradesca
y tan gran merced meresca
qual me hazéys en oýr.
Por estimados prouechos
a vos, gratos coraçones,
con muy biuas aficiones
os meto dentro de mis pechos.
Porque puede agradescer
ser oýdo aqueste día,
do haré bien conoscer
quánto yerro puede ser
desechar mi compañía.
Y ¿ladrón llamas a uno,
sin que tengas más enojos
que, sin ser ante tus ojos,
no jamás llegó a ninguno?
Y, pues hurto nunca uvo
ante la vista del ombre,
¿qué respecto aquí se tuuo
o por quál razón te plugo
darme tan impropio nombre?
Viejo:
No despiertes, que más quiebre,
desonra biuos y muertos,
que a nuestros ojos abiertos
echas sueño como liebre.
No te quiero más dezir.
Déxame de tu conquista:
tú nos sueles embayr,
tú nos sabes enxerir
como egibcio nuestra vista.
Amor:
Soy alegre que me abras
y tu saña notifiques,
aunque a mí me damnifiques
por rotura de palabras.
Quel furor, ques encerrado
do se encierra, más empesce:
la vengança enel ayrado,
es calor vaporizado
que no dura y enuanesce.
Porque a mí que desechaste
ames tú con afición,
ten comigo la razón:
faré salua que te baste.
Y será desculpación
de tu quexa y dela mía:
yo saluarme de ladrón,
tú serás, en conclusión,
no tachado en cortesía.
Comúnmente toda vía
han los viejos vn vezino
enconado, muy malino,
gouernado en sangre fría.
Llámasse Malenconía.
Amarga conuersación.
Quien por tal estremo guía
ciertamente se desuía
lexos de mi condición.
Mas después que te sentido
que me quieres dar audiencia,
de mi miedo muy vencido,
culpado, despauorido,
se partió de tu presencia.
Éste moraua contigo
enel tiempo que me viste
y por esto te encendiste
en rigor tanto comigo.
Donde mora este maldito
no jamás ay alegría
ni honor ni cortesía
ni ningún buen apetito.
Pero donde yo me llego
todo mal y pena quito,
delos yelos saco fuego
y alos viejos meto en juego
Y alos muertos ressuscito.
Al rudo hago discreto,
al grossero muy polido,
desembuelto al encoigdo
y al inuirtuoso neto.
Al couarde esforçado,
Escasso al liberal,
bien regido al destemplado,
muy cortés y mesurado
al que no suele ser tal.
Yo hallo el sumo deleyte,
yo formo el fausto y arreo
y tan bien cubro lo feo
conla capa del afeyte.
Yo hago fiestas de sala
y mando vestirse rico.
Yo tan bien quiero que vala
el misterio dela gala
quando está enlo pobrezico.
Yo las coplas y canciones,
yo la música suaue,
yo demuestro aquel que sabe
las sotiles inuenciones.
Yo fago bolar mis llamas
por lo bueno y por lo malo,
yo hago seruir las damas,
yo las perfumadas camas,
golosinas y regalo.
Yo baylar en lido son,
yo las danças y corsautes,
y aquestos son los farautes
que yo embío al coraçón.
Enlas armas festejar
inuinciones muy discretas,
el justar y tornear,
enla ley de batallar
trancesy armas secretas.
Visito los pobrezillos,
fuello las casas reales.
Delos senos virginales
sé yo bien los rinconcillos.
Mis pihuelas y mis lonjas
alos religiosos atan;
no lo tomes por lisonjas,
sino ve, mira las monjas:
Verás quán dulce me tratan.
Yo hallo las argentadas,
yo las mudas y cerillas,
luzentoras, vnturillas
y las aguas estiladas;
y el licor delas rasuras,
yo tan bien cómo se saque
la pequilla, que no taque
las lindas acataduras.
Yo mostré retir en plata
la vaquil y alacrán
y hazer el solimán
quenel fuego se desata.
Yo mil modos de colores
para lo descolorido;
mil pinturas, mil primores,
mil remedios dan amores
con que enhiestan lo caýdo.
Yo hago las rugas viejas
dexar el rostro estirado
y sé cómo el cuero atado
se tiene tras las orejas.
Y el arte delos ungüentes
que para esto aprouecha.
Sé dar cejas enlas frentes,
contrahago nueuos dientes
do natura los desecha.
Yo las aguas y lexías
para los cabellos roxos,
aprieto los miembros floxos
y do carne enlas enzías.
A la habla temulenta,
turbada por senetud,
yo la hago tan esenta
que su tono representa
la forma de juuentud.
Sin daño dela salud
puedo, con mi sufficiencia,
conuertir el impotencia
en muy potente virtud
sin calientes confaciones,
sin comeres muy abastos,
sin conseruas ni piñones,
estincos, sateriones,
atíncar ni otros gastos.
En el ayre mis espuelas
fieren a todas las aues
y en los muy hondos cóncaues
las reptilias pequeñuelas.
Toda bestia dela tierra
y pescado dela mar
so mi gran poder sencierra
sin poderse de mi guerra
con sus fuerças amparar.
Algun aue que librar
se quiso de mi conquista,
solamente conla vista
le di premia dengendrar.
Mi poder, tan absoluto
que por todo cabo siembra,
mira cómo lo secuto:
árbol ay que no da fruto
do no nasce macho y hembra.
Pues que ves que mi poder
tan luengamente sestiende,
do ninguno se defiende
no te pienses defender.
Y a quien buena ventura
tienen todos de seguir
recibe, pues que precura
no hazerte desmesura,
mas de muerto rebeuir.