Oración por Antonio Machado, de Rubén Darío | Poema

    Poema en español
    Oración por Antonio Machado

    Misterioso y silencioso 
    iba una y otra vez. 
    Su mirada era tan profunda 
    que apenas se podía ver. 
    Cuando hablaba tenía un dejo 
    de timidez y de altivez. 
    Y la luz de sus pensamientos 
    casi siempre se veía arder. 
    Era luminoso y profundo 
    como era hombre de buena fe. 
    Fuera pastor de mil leones 
    y de corderos a la vez. 
    Conduciría tempestades 
    o traería un panal de miel. 
    Las maravillas de la vida 
    y del amor y del placer, 
    cantaba en versos profundos 
    cuyo secreto era de él. 
    Montado en un raro Pegaso, 
    un día al imposible se fue. 
    Ruego por Antonio a mis dioses, 
    ellos le salven siempre. Amén.

    Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916) representa uno de los grandes hitos de las letras hispanas, no sólo por el carácter emblemático de algunos de sus títulos como Azul... (1888), Prosas profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905) sino por las dimensiones de renovación que impuso a la lengua española, abriendo las puertas a las influencias estéticas europeas a través de la corriente que él mismo bautizó como Modernismo. Pero como decía Octavio Paz, su obra no termina con el Modernismo: lo sobrepasa, va más allá del lenguaje de esta escuela y, en verdad, de toda escuela. Es una creación, algo que pertenece más a la historia de la poesía que a la de los estilos. Darío no es únicamente el más amplio y rico de los poetas modernistas: es uno de nuestros grandes poetas modernos, es "el príncipe de las letras castellanas".