Te sigo queriendo, como el primer día, con esta alegría con que voy viviendo; mas que en el relevo, de las cosas idas en la expectativa de los logros nuevos.
Presumo de ser hombre de una sola palabra soy hijo del esfuerzo y de la honestidad que no hay puerta cerrada que mi empeño no abra ni abiertas que no pueda cerrar a la maldad.