Tengo suerte de tener los cinco dedos en la mano derecha Suerte de hacer pipí sin que me duela mucho Suerte que los intestinos se muevan. Suerte, duermo de noche en una cama de capitán, siesta a media tarde Suerte de pasear por First Avenue Suerte de ganar un par de cien mil al año cantando Eli Eli, escribiendo lo que se me pasa por la cabeza, grabando garabatos primordiales, enseñando en un colegio budista, sacándole fotos con la Leica a la parada del bus por la ventana de mis ojos Oigo sirenas de ambulancias, huelo ajo y orín, pruebo nísperos y lenguado, camino descalzo por el piso del loft, algo insensibilizadas las plantas de los pies Suerte que puedo pensar y que el cielo puede nevar
Perdona, amigo, no quise molestarte pero volví de Vietnam donde maté a un montón de caballeros vietnamitas algunas damas también y no pude soportar el dolor y de miedo cogí un hábito y pasé por la rehab y estoy limpio
Tengo suerte de tener los cinco dedos en la mano derecha Suerte de hacer pipí sin que me duela mucho Suerte que los intestinos se muevan. Suerte, duermo de noche en una cama de capitán, siesta a media tarde Suerte de pasear por First Avenue
El poeta es sacerdote El dinero ha atravesado el alma de América El Congreso ha roto a través del precipicio de la Eternidad El presidente ha construido una máquina de guerra que vomitará y sacará a Rusia desde Kansas