Tranquilo, de Álvaro Sarró | Poema

    Poema en español
    Tranquilo

    Mientras vas, te aburres.
    Sólo piensas en llegar.

    Cuando llegas, no disfrutas.
    Sólo piensas en alargar la estancia.

    Luego, te marchas.

    Tranquilo.
    Volverás.
    Volveremos.

    Mientras tanto pasan:
    - Los días.
    - Las personas.
    - Los agobios.
    - Las entregas.
    - Los etcéteras.

    Por mucho que presumas,
    por mucho que te esfuerces,
    yo sé que no puedes capturar el tiempo.
    Y tú también lo sabes.
    Y la evidencia te tortura.

    Tranquilo.
    Morirás.
    Moriremos.

    • Almuerzo en un bar, junto al metro de Avenida de la Ilustración.
      Bocadillo de calamares, tercio de Mahou, puñado de torreznos y 1984.
      Entro a currar en hora y media.
      Tic tac, tic tac.
      Aquí dentro se está de lujo.

    • Al sexto cubata solía fantasear con:
      Cambiar su jotabé-cola por un acá-cuarentaysiete.
      Entrar en la pista central.
      Abrirse paso entre la multitud.
      - Entre los cavernícolas que se empujan como ciervos.
      - Entre las féminas de largas piernas y labios rojos.

    • Nunca me han apuntado a la cabeza con un arma.
      Ni he sacado a un familiar de un charco de vómitos.

      Nunca he sufrido privaciones materiales.
      Ni me he sentido abandonado por los míos.

      Nunca han intentado prenderme fuego.
      Ni me han rajado la cara con una botella.

    • El dolor de tripa.
      Las mismas trabas a la hora de narrar.
      Todo le suena pretencioso, envasado, artificial.
      Debe recuperar la furia de días pasados.
      Entonces, las historias brotaban como pus.
      Removían mentalidades.
      Eso es lo que trata de hacer.

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