El día que me quieras, de Amado Nervo | Poema

    Poema en español
    El día que me quieras

    El día que me quieras tendrá más luz que junio; 
    la noche que me quieras será de plenilunio, 
    con notas de Beethoven vibrando en cada rayo 
    sus inefables cosas, 
    y habrá juntas más rosas 
    que en todo el mes de mayo. 

    Las fuentes cristalinas 
    irán por las laderas 
    saltando cristalinas 
    el día que me quieras. 

    El día que me quieras, los sotos escondidos 
    resonarán arpegios nunca jamás oídos. 
    Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras 
    que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras. 

    Cogidas de la mano cual rubias hermanitas, 
    luciendo golas cándidas, irán las margaritas 
    por montes y praderas, 
    delante de tus pasos, el día que me quieras... 
    Y si deshojas una, te dirá su inocente 
    postrer pétalo blanco: ¡Apasionadamente! 

    Al reventar el alba del día que me quieras, 
    tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras, 
    y en el estanque, nido de gérmenes ignotos, 
    florecerán las místicas corolas de los lotos. 

    El día que me quieras será cada celaje 
    ala maravillosa; cada arrebol, miraje 
    de 'Las Mil y una Noches'; cada brisa un cantar, 
    cada árbol una lira, cada monte un altar. 

    El día que me quieras, para nosotros dos 
    cabrá en un solo beso la beatitud de Dios.

    Amado Ruiz de Nervo Ordaz (1867-18709), fue un poeta y escritor mexicano, perteneciente al movimiento modernista. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no pudo ser miembro de número por residir en el extranjero. Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de Nervo. El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta.