Yo soy un alma pensativa. ¿Sabes
lo que es un alma pensativa? — Triste,
pero con esa fría
melancolía
de las suaves
diafanidades. Todo lo que existe,
cuando es diáfano, es sereno y triste.
— ¡Sabino peregrino
que contempla en las vivas
transparencias del agua vocinglera
todas las fugitivas
metamorfosis de su cabellera,
peregrino sabino!
— Nube gemela de su imagen, nube
que navega en las fuentes y que en el cielo sube.
— Dios, en hondo mutismo,
viéndose en el espejo de sí mismo.
La Vida toca
como una loca
trasnochadora:
«Abridme, es hora!»
«Desplegad los oídos — rimadores,
a todos los ruidos — exteriores.»
«Despliega tus oídos
a todos los ruidos.»
Mi alma no escucha, duermen mis sentidos.
Mi espíritu y mi oreja están dormidos.
— El pecado del río es su corriente;
la quietud, alma mía,
es la sabiduría
de la fuente.
Los astros tienen miedo
de naufragar en el perenne enredo
del agua que se riza en espirales;
cuando el agua está en éxtasis, bajan a sus cristales.
Conciencia,
sé clara;
pero con esa rara
inconsistencia
de toda proyección en un espejo,
devuelve a la importuna
vida, sólo un reflejo
de su paso furtivo ante tu «luna».
Alma, tórnate onda
para que cada flor y cada fronda
copien en tí su fugitiva huella;
para que cada estrella
y cada nube hirsuta
se equivoquen de ruta,
y en tu claro caudal encuentren una
prolongación divina de su abismo:
que así, merced a singular fortuna,
el infinito y tú seréis lo mismo.
Amado Ruiz de Nervo Ordaz (1867-18709), fue un poeta y escritor mexicano, perteneciente al movimiento modernista. Fue miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, no pudo ser miembro de número por residir en el extranjero. Poeta, autor también de novelas y ensayos, al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, clasificación frecuentemente matizada por incompatible con el misticismo y tristeza del poeta, sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones más complejas de palabras terminadas en "-ismo", que intenta reflejar sentimiento religioso y melancolía, progresivo abandono de artificios técnicos, incluso de la rima, y elegancia en ritmos y cadencias como atributos del estilo de Nervo. El sonoro nombre de Amado Nervo, frecuentemente tomado por seudónimo, era en realidad el que le habían dado al nacer, tras la decisión de su padre de simplificar su verdadero apellido, Ruiz de Nervo. Él mismo bromeó alguna vez sobre la influencia en su éxito de un nombre tan adecuado a un poeta.