Píntame angelitos negros, de Andrés Eloy Blanco | Poema

    Poema en español
    Píntame angelitos negros

    ¡Ah mundo! La Negra Juana, 
    ¡la mano que le pasó! 
    Se le murió su negrito, 
    sí señor. 

    -Ay, compadrito del alma, 
    ¡tan sano que estaba el negro! 
    Yo no le acataba el pliegue, 
    yo no le acataba el hueso; 
    como yo me enflaquecía, 
    lo medía con mi cuerpo, 
    se me iba poniendo flaco 
    como yo me iba poniendo. 
    Se me murió mi negrito; 
    Dios lo tendrá dispuesto; 
    ya lo tendrá colocao 
    como angelito del Cielo. 

    -Desengáñese, comadre, 
    que no hay angelitos negros. 
    Pintor de santos de alcoba, 
    pintor sin tierra en el pecho, 
    que cuando pintas tus santos 
    no te acuerdas de tu pueblo, 
    que cuando pintas tus Vírgenes 
    pintas angelitos bellos, 
    pero nunca te acordaste 
    de pintar un ángel negro. 

    Pintor nacido en mi tierra, 
    con el pincel extranjero, 
    pintor que sigues el rumbo 
    de tantos pintores viejos, 
    aunque la Virgen sea blanca, 
    píntame angelitos negros. 

    No hay pintor que pintara 
    angelitos de mi pueblo. 
    Yo quiero angelitos blancos 
    con angelitos morenos. 
    Ángel de buena familia 
    no basta para mi cielo. 

    Si queda un pintor de santos, 
    si queda un pintor de cielos, 
    que haga el cielo de mi tierra, 
    con los tonos de mi pueblo, 
    con su ángel de perla fina, 
    con su ángel de medio pelo, 
    con sus ángeles catires, 
    con sus ángeles morenos, 
    con sus angelitos blancos, 
    con sus angelitos indios, 
    con sus angelitos negros, 
    que vayan comiendo mango 
    por las barriadas del cielo. 

    Si al cielo voy algún día, 
    tengo que hallarte en el cielo, 
    angelitico del diablo, 
    serafín cucurusero. 

    Si sabes pintar tu tierra, 
    así has de pintar tu cielo, 
    con su sol que tuesta blancos, 
    con su sol que suda negros, 
    porque para eso lo tienes 
    calientito y de los buenos. 
    Aunque la Virgen sea blanca, 
    píntame angelitos negros. 

    No hay una iglesia de rumbo, 
    no hay una iglesia de pueblo, 
    donde hayan dejado entrar 
    al cuadro angelitos negros. 
    Y entonces, ¿adónde van, 
    angelitos de mi pueblo, 
    zamuritos de Guaribe, 
    torditos de Barlovento? 

    Pintor que pintas tu tierra, 
    si quieres pintar tu cielo, 
    cuando pintas angelitos 
    acuérdate de tu pueblo 
    y al lado del ángel rubio 
    y junto al ángel trigueño, 
    aunque la Virgen sea blanca, 
    píntame angelitos negros.