El acuario, de Antonio Enrique | Poema

    Poema en español
    El acuario

    ¿No lo habéis oído? ¿No habéis oído aún 
    su gran rumor esparciéndose desde lo alto, 
    abriéndose paso en el corazón de las gentes? 
    Es el Acuario que sobre las ciudades vuela, 
    sobre los mares, sobre las frentes pasa 
    de todas las criaturas. 
    Miradlo pasar, y cómo el viejo mundo 
    se estremece bajo el Águila de la nueva Era. 
    Como un meteoro llega del espacio infinito, 
    las playas siderales donde las estrellas 
    almas fueron antes de encarnarse. 
    Y como una proa, su pecho quebranta el hielo 
    en que los humanos dimos en convertimos. 
    Blanco, ingrávido, incandescente. 
    Celeste, perfecto, inconmovible. 
    Paso al Águila, ¡paso al Águila del Espíritu! 
    Él es el perfume de luz que suena v que se toca. 
    Él el Vértigo Absoluto, la Locura Solemne, 
    el Ánfora que se quiebra de tan llena. 
    Él anuncia el reino de los mansos, y dice: 
    'se acabó ya vivir hiriendo'. 
    No más insignia la suya que el arcoiris, 
    ni más moneda que la paz. 
    Vuela, el Acuario está volando 
    sobre nuestro viejo mundo ahora. 
    Sentidlo, asentidlo. Vividlo. 
    Su música es tan verdadera que al pasar 
    vibrando deja las cuerdas del cuerpo adentro. 
    No le miréis, echaos a un lado. 
    Porque cuanto más silencio en la noche hay 
    es que Él está pasando, acelerando el vuelo. 
    No se mueva nadie. Nadie tema 
    Ni se acongoje nadie. 
    Acuario Santo: 
    Tú que has venido a mostramos 
    que por la sangre del hombre navega el cosmos. 
    Y que somos un pueblo único 
    esparcido por toda la galaxia. 
    ¿No lo oís, aún no lo habéis oído? 
    Y es que este rumor es sólo el de su sombra. 
    La sombra de sus alas y de sus garras 
    antes de posarse sobre la Tierra. 

    • Enamórate
      de lo que no tiene forma. Mira a tu alrededor: 
      el palmeral de las columnas. 
      En algún lugar del bosque de tu vida 
      estás perdido. 
      Sólo te tienes a ti 
      y a tu corazón palpitando. 
      Te detienes, estás quieto. 
      Sólo cuando el cuerpo 

    • ¿No lo habéis oído? ¿No habéis oído aún 
      su gran rumor esparciéndose desde lo alto, 
      abriéndose paso en el corazón de las gentes? 
      Es el Acuario que sobre las ciudades vuela, 
      sobre los mares, sobre las frentes pasa 
      de todas las criaturas.