¿No lo habéis oído? ¿No habéis oído aún su gran rumor esparciéndose desde lo alto, abriéndose paso en el corazón de las gentes? Es el Acuario que sobre las ciudades vuela, sobre los mares, sobre las frentes pasa de todas las criaturas. Miradlo pasar, y cómo el viejo mundo se estremece bajo el Águila de la nueva Era. Como un meteoro llega del espacio infinito, las playas siderales donde las estrellas almas fueron antes de encarnarse. Y como una proa, su pecho quebranta el hielo en que los humanos dimos en convertimos. Blanco, ingrávido, incandescente. Celeste, perfecto, inconmovible. Paso al Águila, ¡paso al Águila del Espíritu! Él es el perfume de luz que suena v que se toca. Él el Vértigo Absoluto, la Locura Solemne, el Ánfora que se quiebra de tan llena. Él anuncia el reino de los mansos, y dice: 'se acabó ya vivir hiriendo'. No más insignia la suya que el arcoiris, ni más moneda que la paz. Vuela, el Acuario está volando sobre nuestro viejo mundo ahora. Sentidlo, asentidlo. Vividlo. Su música es tan verdadera que al pasar vibrando deja las cuerdas del cuerpo adentro. No le miréis, echaos a un lado. Porque cuanto más silencio en la noche hay es que Él está pasando, acelerando el vuelo. No se mueva nadie. Nadie tema Ni se acongoje nadie. Acuario Santo: Tú que has venido a mostramos que por la sangre del hombre navega el cosmos. Y que somos un pueblo único esparcido por toda la galaxia. ¿No lo oís, aún no lo habéis oído? Y es que este rumor es sólo el de su sombra. La sombra de sus alas y de sus garras antes de posarse sobre la Tierra.
Enamórate de lo que no tiene forma. Mira a tu alrededor: el palmeral de las columnas. En algún lugar del bosque de tu vida estás perdido. Sólo te tienes a ti y a tu corazón palpitando. Te detienes, estás quieto. Sólo cuando el cuerpo
¿No lo habéis oído? ¿No habéis oído aún su gran rumor esparciéndose desde lo alto, abriéndose paso en el corazón de las gentes? Es el Acuario que sobre las ciudades vuela, sobre los mares, sobre las frentes pasa de todas las criaturas.