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  • La niña pálida, de Arístides Pongilioni | Poema

La niña pálida, de Arístides Pongilioni | Poema

  • Poesía Recitada -Tomás Galindo-
  • Poema en español(solapa activa)
Poema en español
La niña pálida

¿Si, cual tus rasgados ojos, 
es negra tu cabellera, 
si la sonrisa del ángel 
vaga en tu boca pequeña, 
si el cuello tienes del cisne 
y el tallo de la palmera, 
qué pides, qué pides, niña 
para parecer más bella? 

Lo sé; envidias a la rosa 
el puro color que ostenta, 
y que a tus blancas mejillas 
negó la naturaleza. 
Si en la luna veneciana 
tu bello rostro contemplas, 
piensas con enojo, niña, 
que la palidez lo afea. 
La palidez que en mi alma 
grata sensación despierta 
de vaga melancolía 
y de inefable tristeza. 
Esa palidez, hermosa, 
que es del sentimiento emblema, 
y que el pensamiento imprime 
en la frente del poeta. 

Pálida vierte la aurora 
lluvia de aljófar y perlas, 
pálida la casta luna 
del cenit se enseñorea. 
Pálidos dan su fragancia 
al aura de primavera 
el jazmín de hojas menudas 
y la cándida azucena. 
Pálida en concha de nácar 
brilla transparente perla, 
y, en el azul firmamento, 
las tembladoras estrellas. 

Ese color da a tu rostro 
melancólica belleza, 
templa a tus ojos el fuego 
y de languidez los vela; 
incitadora frescura 
a tus rojos labios presta, 
que un clavel que abre su cáliz 
sobre la nieve semejan, 
y da a tu cándida frente 
la aureola de pureza 
con que el pincel de Murillo 
a los ángeles rodea. 

Muchas veces, al mirarte, 
triste, pálida y ¡tan bella! 
con negro, flotante velo, 
que a merced del aura ondea, 
por los rayos de la luna 
en ondas de luz envuelta, 
te creí genio nocturno, 
vagando por la ribera. 
Y cuando, inmóvil, las olas 
vías morir en la arena, 
blanca estatua de alabastro 
que un rayo divino espera, 
que el espíritu de vida 
en su bella forma encienda. 

Por eso te amé, por eso 
eres luz de mi existencia, 
y al mirarte al lado mío, 
triste, pálida y... ¡tan bella! 
veo en ti... la musa del llanto 
que me inspira mis endechas. 

  • En un álbum, de Arístides Pongilioni | Poema

    Como, tal vez, en los 
    ruinosos muros 
    de antiguo monumento, 
    recuerdo del poder, de la hermosura, 
    de la virtud o el genio, 
    su cifra graba, con ardiente mano, 
    atónito el viajero, 
    para que, más allá de su sepulcro, 
    halle en la tierra un eco; 

  • La niña pálida, de Arístides Pongilioni | Poema

    ¿Si, cual tus rasgados ojos, 
    es negra tu cabellera, 
    si la sonrisa del ángel 
    vaga en tu boca pequeña, 
    si el cuello tienes del cisne 
    y el tallo de la palmera, 
    qué pides, qué pides, niña 
    para parecer más bella? 

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