Esto de no ser más que tiempo espanta. La solución bajo el costado izquierdo: un fiel reloj al que jamás me acuerdo de darle cuerda y, sin embargo, canta.
Canta con un martillo en la garganta, mas sé que estoy perdido si lo pierdo. A martillazos vive su recuerdo. Sin embargo, ni atrasa ni adelanta.
A veces se le olvida hacer ruido. A veces hace por salir del nido y si no lo consigue, humano, llora.
A veces suena a Dios. De todos modos es un reloj y un día, como todos, se quedará parado en cualquier hora.
Hoy has venido a compartir mi soledad de estar contigo. Partiste el pan, tomaste un sorbo de vino nuevo, te llevaste hasta los labios la manzana y allí quedó tu mordedura, la viva huella de tu sed. Luego anduvimos de la mano
Esto de no ser más que tiempo espanta. La solución bajo el costado izquierdo: un fiel reloj al que jamás me acuerdo de darle cuerda y, sin embargo, canta.