España, aparta de mí este cáliz, de César Vallejo | Poema

    Poema en español
    España, aparta de mí este cáliz

    Niños del mundo, 
    si cae España -digo, es un decir- 
    si cae 
    del cielo abajo su antebrazo que asen, 
    en cabestro, dos láminas terrestres; 
    niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas! 
    ¡qué temprano en el sol lo que os decía! 
    ¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano! 
    ¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno! 

    ¡Niños del mundo, está 
    la madre España con su vientre a cuestas; 
    está nuestra madre con sus férulas, 
    está madre y maestra, 
    cruz y madera, porque os dio la altura, 
    vértigo y división y suma, niños; 
    está con ella, padres procesales! 

    Si cae -digo, es un decir- si cae 
    España, de la tierra para abajo, 
    niños ¡cómo vais a cesar de crecer! 
    ¡cómo va a castigar el año al mes! 
    ¡cómo van a quedarse en diez los dientes, 
    en palote el diptongo, la medalla en llanto! 
    ¡Cómo va el corderillo a continuar 
    atado por la pata al gran tintero! 
    ¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto 
    hasta la letra en que nació la pena! 

    Niños, 
    hijos de los guerreros, entre tanto, 
    bajad la voz que España está ahora mismo repartiendo 
    la energía entre el reino animal, 
    las florecillas, los cometas y los hombres. 
    ¡Bajad la voz, que está 
    en su rigor, que es grande, sin saber 
    qué hacer, y está en su mano 
    la calavera, aquella de la trenza; 
    la calavera, aquella de la vida! 

    ¡Bajad la voz, os digo; 
    bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto 
    de la materia y el rumor menos de las pirámides, y aun 
    el de las sienes que andan con dos piedras! 
    ¡Bajad el aliento, y si 
    el antebrazo baja, 
    si las férulas suenan, si es la noche, 
    si el cielo cabe en dos limbos terrestres, 
    si hay ruido en el sonido de las puertas, 
    si tardo, 
    si no veis a nadie, si os asustan 
    los lápices sin punta, si la madre 
    España cae -digo, es un decir-, 
    salid, niños, del mundo; id a buscarla!...

    César Vallejo, uno de los poetas hispanoamericanos más destacables del siglo XX, nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. Estudió medicina, filosofía, derecho y ejerció el magisterio. Constantes en la obra de Vallejo son la solidaridad con el sufrimiento humano, su rebeldía contra la sociedad, la fe en la utopía revolucionaria y la muerte. En 1918 publicó Los heraldos negros, su primer libro de poemas, de influencia modernista. Fue encarcelado en 1920 al ser acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta. En ese tiempo escribió algunos de los poemas que formarían su segundo libro, Trilce. En 1923 se trasladó a Europa. Estuvo en París, en donde conoció a Gris, a Huidobro, fundó la revista Favorables París Poema y terminaría siendo expulsado por razones políticas. En Moscú conoció a Maiakovski. En 1931 se trasladó a España, se afilió al Partido Comunista y publicó Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin y su novela social Tungsteno. Al año siguiente regresó a París, en donde vivió de forma clandestina. Cuando estalló la Guerra Civil española, recogió fondos para la causa republicana y viajó a Madrid y Barcelona para participar en distintos congresos de escritores. Murió en París en 1938. Un año después se publicó su poema más político, España, aparta de mí este cáliz, y una recopilación de su obra poética con el título de Poemas humanos.