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Hoy me gusta la vida mucho menos, de César Vallejo | Poema

  • Poesía Recitada -Tomás Galindo-
  • Manuel López
  • Poema en español(solapa activa)
Poema en español
Hoy me gusta la vida mucho menos

Hoy me gusta la vida mucho menos, 
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía. 
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve 
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra. 

Hoy me palpo el mentón en retirada 
y en estos momentáneos pantalones yo me digo: 
¡Tanta vida y jamás! 
¡Tantos años y siempre mis semanas!... 
Mis padres enterrados con su piedra 
y su triste estirón que no ha acabado; 
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos, 
y, en fin, mi ser parado y en chaleco. 

Me gusta la vida enormemente 
pero, desde luego, 
con mi muerte querida y mi café 
y viendo los castaños frondosos de París 
y diciendo: 
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla...  
Y repitiendo: 
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada! 
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre! 

Dije chaleco, dije 
todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar. 
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado 
y está bien y está mal haber mirado 
de abajo para arriba mi organismo. 

Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga, 
porque, como iba diciendo y lo repito, 
¡tanta vida y jamás! ¡Y tantos años, 
y siempre, mucho tiempo, siempre, siempre!

César Vallejo

César Vallejo, uno de los poetas hispanoamericanos más destacables del siglo XX, nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. Estudió medicina, filosofía, derecho y ejerció el magisterio. Constantes en la obra de Vallejo son la solidaridad con el sufrimiento humano, su rebeldía contra la sociedad, la fe en la utopía revolucionaria y la muerte. En 1918 publicó Los heraldos negros, su primer libro de poemas, de influencia modernista. Fue encarcelado en 1920 al ser acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta. En ese tiempo escribió algunos de los poemas que formarían su segundo libro, Trilce. En 1923 se trasladó a Europa. Estuvo en París, en donde conoció a Gris, a Huidobro, fundó la revista Favorables París Poema y terminaría siendo expulsado por razones políticas. En Moscú conoció a Maiakovski. En 1931 se trasladó a España, se afilió al Partido Comunista y publicó Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin y su novela social Tungsteno. Al año siguiente regresó a París, en donde vivió de forma clandestina. Cuando estalló la Guerra Civil española, recogió fondos para la causa republicana y viajó a Madrid y Barcelona para participar en distintos congresos de escritores. Murió en París en 1938. Un año después se publicó su poema más político, España, aparta de mí este cáliz, y una recopilación de su obra poética con el título de Poemas humanos.

  • Al fin, un monte, de César Vallejo | Poema

    César Vallejo

    Al fin, un monte 
    detrás de la bajura; al fin, humeante nimbo 
    alrededor, durante un rostro fijo. 

    Monte en honor del pozo, 
    sobre filones de gratuita plata de oro. 

  • Hoy me gusta la vida mucho menos, de César Vallejo | Poema

    César Vallejo

    Hoy me gusta la vida mucho menos, 
    pero siempre me gusta vivir: ya lo decía. 
    Casi toqué la parte de mi todo y me contuve 
    con un tiro en la lengua detrás de mi palabra. 

  • El encuentro con la amada, de César Vallejo | Poema

    César Vallejo

    El encuentro con la amada 
    tánto alguna vez, es un simple detalle, 
    casi un programa hípico en violado, 
    que de tan largo no se puede doblar bien. 

  • ¿Y bien? ¿Te sana el metaloide pálido?, de César Vallejo | Poema

    César Vallejo

    ¿Y bien? ¿Te sana el metaloide pálido? 
    ¿Los metaloides incendiarios, cívicos, 
    inclinados al río atroz del polvo? 

    Esclavo, es ya la hora circular 
    en que en las dos aurículas se forman 
    anillos guturales, corredizos, cuaternarios. 

  • Parado en una piedra, de César Vallejo | Poema

    César Vallejo

    Parado en una piedra, 
    desocupado, 
    astroso, espeluznante, 
    a la orilla del Sena, va y viene. 
    Del río brota entonces la conciencia, 
    con peciolo y rasguños de árbol ávido: 
    del río sube y baja la ciudad, hecha de lobos abrazados. 

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