Los nueve monstruos, de César Vallejo | Poema

    Poema en español
    Los nueve monstruos

    Y, desgraciadamente, 
    el dolor crece en el mundo a cada rato, 
    crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, 
    y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces 
    y la condición del martirio, carnívora, voraz, 
    es el dolor dos veces 
    y la función de la yerba purísima, el dolor 
    dos veces 
    y el bien de ser, dolernos doblemente. 

    Jamás, hombres humanos, 
    hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, 
    en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! 
    Jamás tanto cariño doloroso, 
    jamás tanta cerca arremetió lo lejos, 
    jamás el fuego nunca 
    jugó mejor su rol de frío muerto! 
    Jamás, señor ministro de salud, fue la salud 
    más mortal 
    y la migraña extrajo tanta frente de la frente! 
    Y el mueble tuvo en su cajón, dolor, 
    el corazón, en su cajón, dolor, 
    la lagartija, en su cajón, dolor. 

    Crece la desdicha, hermanos hombres, 
    más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece 
    con la res de Rosseau, con nuestras barbas; 
    crece el mal por razones que ignoramos 
    y es una inundación con propios líquidos, 
    con propio barro y propia nube sólida! 

    Invierte el sufrimiento posiciones, da función 
    en que el humor acuoso es vertical 
    al pavimento, 
    el ojo es visto y esta oreja oída, 
    y esta oreja da nueve campanadas a la hora 
    del rayo, y nueve carcajadas 
    a la hora del trigo, y nueve sones hembras 
    a la hora del llanto, y nueve cánticos 
    a la hora del hambre y nueve truenos 
    y nueve látigos, menos un grito. 

    El dolor nos agarra, hermanos hombres, 
    por detrás, de perfil, 
    y nos aloca en los cinemas, 
    nos clava en los gramófonos, 
    nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente 
    a nuestros boletos, a nuestras cartas; 
    y es muy grave sufrir, puede uno orar... 
    Pues de resultas 
    del dolor, hay algunos 
    que nacen, otros crecen, otros mueren, 
    y otros que nacen y no mueren, otros 
    que sin haber nacido, mueren, y otros 
    que no nacen ni mueren (son los más). 
    Y también de resultas 
    del sufrimiento, estoy triste 
    hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo, 
    de ver al pan, crucificado, al nabo, 
    ensangrentado, 
    llorando, a la cebolla, 
    al cereal, en general, harina, 
    a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, 
    al vino, un ecce-homo, 
    tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹! 
    ¡Cómo, hermanos humanos, 
    no deciros que ya no puedo y 
    ya no puedo con tanto cajón, 
    tanto minuto, tanta 
    lagartija y tanta 
    inversión, tanto lejos y tanta sed de sed! 
    Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer? 
    ¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos, 
    hay, hermanos, muchísimo que hacer.

    César Vallejo, uno de los poetas hispanoamericanos más destacables del siglo XX, nació en Santiago de Chuco, Perú, en 1892. Estudió medicina, filosofía, derecho y ejerció el magisterio. Constantes en la obra de Vallejo son la solidaridad con el sufrimiento humano, su rebeldía contra la sociedad, la fe en la utopía revolucionaria y la muerte. En 1918 publicó Los heraldos negros, su primer libro de poemas, de influencia modernista. Fue encarcelado en 1920 al ser acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta. En ese tiempo escribió algunos de los poemas que formarían su segundo libro, Trilce. En 1923 se trasladó a Europa. Estuvo en París, en donde conoció a Gris, a Huidobro, fundó la revista Favorables París Poema y terminaría siendo expulsado por razones políticas. En Moscú conoció a Maiakovski. En 1931 se trasladó a España, se afilió al Partido Comunista y publicó Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin y su novela social Tungsteno. Al año siguiente regresó a París, en donde vivió de forma clandestina. Cuando estalló la Guerra Civil española, recogió fondos para la causa republicana y viajó a Madrid y Barcelona para participar en distintos congresos de escritores. Murió en París en 1938. Un año después se publicó su poema más político, España, aparta de mí este cáliz, y una recopilación de su obra poética con el título de Poemas humanos.